Lawrence de Arabia

P ara abordar este personaje creo acertado dejarse guiar por alguien que lo conoció perfectamente y que además de un gran estadista fue reconocido con el premio Nobel de literatura. Me refiero a Winston Churchill. El Premier le dedica un capítulo en una de sus múltiples obras. Es interesante el punto de vista que Sir Winston Churchill tenía de Lawrence porque los dos jugaron destacados papeles en la Primera Guerra Mundial y los dos alcanzaron una gran popularidad a consecuencia de ello.

Lawrence estará siempre unido a las aspiraciones del pueblo árabe. Oficial del ejército británico fue el encargado de incitar a las tribus árabes a la rebelión contra los turcos en la primera contienda mundial. Se identificó tanto con su misión que se convirtió en una leyenda e incluso en el asesor del emir Feisal en las conversaciones de paz una vez concluida la guerra.

Es un clásico la película de los años sesenta que lleva por título su nombre. En ella se narran todas sus peripecias desde que llega a Egipto hasta su muerte en un accidente de motocicleta. Por cierto, parte de ella se rodó en una de las alas del edificio de la Plaza de España en Sevilla donde estaba situado el antiguo gobierno militar. Digo esto porque es un lugar precioso, digno de visitarse al igual que la Giralda u otro lugar emblemático de la capital hispalense.

Churchill lo contrató para su oficina de asuntos coloniales que él dirigía y fue la encargada de arreglar los entuertos que se produjeron entre británicos, franceses y árabes como consecuencia del reparto del Imperio Otomano tras la derrota de Turquía. Los árabes estaban muy enfadados con los británicos por haber faltado a su palabra de que se constituiría un gran estado árabe tras la conclusión de la guerra. Por el contrario, los franceses se quedaron con siria y los británicos con Irak. Lawrence había dado su palabra al emir Feisal en nombre de Inglaterra si estos les ayudaban en su lucha contra los alemanes y turcos.

Churchill con su habitual sentido práctico le pidió a Lawrence que se convirtiera en su asesor por ser el mejor conocedor no sólo del problema, sino que nadie como él estaba en una posición tan privilegiada para negociar con los árabes. También el viejo bulldog impuso su sentido práctico haciendo «tabla rasa» de los acuerdos anteriores e instauró al emir Feisal en el trono de Irak y aliados en la conocida entonces como Transjordania, al mismo tiempo que logró apaciguar temporalmente el enfrentamiento entre árabes y judíos en Palestina.

Churchill consideraba a Lawrence como un tozudo funcionario en el sentido de ser depositario de una voluntad férrea y con una gran capacidad de servicio. Conceptos que dicen mucho de la personalidad compleja de su ayudante a quien describe como aquella persona que siempre te gusta tener cerca cuando hay problemas. De hecho fue él quien le resolvió de forma eficaz los conflictos más enrevesados en el proceso de poner orden en Oriente Medio.

Lo respetaba por ser hombre de honor. Su palabra era sagrada y sufrió mucho por entender que los británicos habían traicionado a los árabes. Este fue el motivo por el que aceptó ayudar a Churchill. Una vez que concluyó su misión, se retiró a escribir renunciando al ofrecimiento del puesto que desease en la administración británica. Habiendo llegado a alcanzar el grado de coronel en la guerra, desde su retiro se enroló con nombre falso en la Fuerza Aérea Británica como simple piloto. Descubierto por la prensa es expulsado. Se enrola de nuevo con nombre falso y como soldado raso en una unidad de carros de combate.

Fue arqueólogo, militar y escritor. Podría haber sido lo que quisiera al tener una mente privilegiada. Sufrió y padeció mucho precisamente por su forma de entender la vida. Independiente y solitario, sólo se relacionaba con aquellos que entendía que se merecían su afecto. Alejado de los honores o reconocimiento social, en palabras de Churchill, es como si estuviera fuera de la jurisdicción de los convencionalismos sociales. Esta actitud ante la vida tiene su precio. El suyo, no ser comprendido por muchos de sus compatriotas. Su obra Los siete pilares de la sabiduría es clave para entender la realidad del mundo árabe y todos sus conflictos incluidos el terrorismo internacional.