EDITORIAL: El sector lácteo en la provincia sufre un nuevo varapalo

Lejos de tocar fondo echando por la cloaca la producción de las explotaciones y el trabajo de algunos de los ganaderos de la provincia, la crisis del sector lácteo se agrava de día en día. El anuncio de un cambio estructural y de estrategia por parte de la Sociedad Cooperativa Vega-Esla, sobre la que por dimensión y producción pivota la actividad del sector, frustrará de manera probablemente inevitable la tentativa de la Consejería de Agricultura y Ganadería de crear una gran organización de productores de leche conforme al preacuerdo alcanzado en su momento por las partes implicadas. La idea era consolidar, a través de la unidad, una posición de fortaleza de los ganaderos frente a la industra láctea para garantizarse el pago de un precio justo por la producción diaria.

En ese acuerdo cooperativo impulsado por las administraciones autonómica y estatal, Urcacyl, las cooperativas alimentarias, las opas y federaciones regionales estaba Vega-Esla, que ahora entiende que esa estrategia se le está volviendo en contra, hasta el punto de impedirle llegar a acuerdos sociales e incluso cerrar contratos comerciales, no sólo ya con la industria, sino también con las demás cooperativas.

Es un duro revés para el sector, que hoy asiste al penoso espectáculo de ver cómo por cuarto día los productores abandonados por Cea-Esla vierten la leche frente a la delegación territorial de Junta y ante la atonía de los ciudadanos, incapaces de entender cómo se puede llegar a una situación así. León vuelve a ser una triste excepcionalidad en todo el país. En ninguna provincia se ha llegado a este extremo, sobre todo por la implicación de las administraciones autonómicas. Pero difícilmente se puede avanzar en buena dirección si se da un paso adelante y dos atrás. Y sobre todo si no se camina juntos.