Diario de León

¿A quién molestan las mociones en Villaquilambre?

Publicado por
Elena Fernández Concejal de IU Villaquilambre
León

Creado:

Actualizado:

N os acercamos al primer pleno en Villaquilambre con el recién estrenado Equipo de Gobierno municipal y su flamente ‘mayoría’ absoluta. La convocatoria se realizará cuando le venga en gana al alcalde, como ya es costumbre en nuestra hermosa democracia junto al río Torío. Pero, si esta vez se respeta el reglamento acordado, algo que no suele suceder, será el primer jueves de mayo a las 20.00h.

Cuando llegue el momento, observaremos cómo el color predominante será el ‘azul’ del PP, con cinco concejales, el resto será del ‘color del dinero’. Demasiados intereses ajenos al bien común han rodeado este pacto. Atención, que vuelve Lázaro, un dinosaurio ‘profesional’ de la política con UPL. Un leonesista que dejó su Junta Vecinal, Navatejera, «hecha unos zorros», parece que las siglas lo aguantan todo (cuánto León rampante por el polvo). Sigue feliz y contento el representante de UPyD, concejal que fue el menos votado en las últimas elecciones y que criticó duramente las retribuciones del gobierno anterior. A ellos, se suma un no adscrito recientemente expulsado de Ciudadanos, Ramón, marcado, este último, por la ley de transfugismo y ‘víctima’ de la crisis del ladrillo. De todos los argumentos dados a los medios de las ventajas de este pacto, una de ellas es especialmente significativa para comprender que Villaquilambre ha vuelto a caer en un vacío de pluralidad y consenso. Ya no habrá mociones: molestas, dicen. Villaquilambre ha vuelto a caer en un pacto de sueldos. ¿Y la Democracia?. ¿Y la dignidad? ¿Y la política? Sabemos, por declaraciones a prensa y varias advertencias hechas contra nosotros mismos, que a este gobierno, tras un año sin más dedicación que ‘trapichear’ una mayoría absoluta, un año rehén de su prepotencia e incompetencia a la hora de consensuar con el resto, no le gustan las mociones, porque son, aunque después no las cumplan, un foro de debate, discusión, diálogo, información, compromisos molestos, trabajo... «¡nos estáis estresando!,» y, ante todo, uno de los pocos medios que tienen los grupos de la oposición, igualmente representantes de la ciudadanía, de hacerse oír en los plenos y de enriquecer la política con sus diferentes opiniones.

Pero también sabemos que hay que seguir llevándolas, junto a ruegos y preguntas a todos los plenos que se pueda, siempre y cuando el alcalde no los convoque extraordinarios sin más motivación que evitarlo. El alcalde del PP, Manuel García, dice que las mociones molestan, alargan los plenos y son una pérdida de tiempo, no quiere que se hable de desahucios, de ayudas energéticas o de refugiados, de reglamentos de participación ciudadana, de institutos, colegios, transporte público, de nuestra Fefe, de seguridad vial, de derechos y obligaciones, de buscar solución a nuestro polideportivo, de enfermos y falta de médicos, etc... Nos dicen que no son asuntos municipales, que son cosas del gobierno central o de Europa. ¿Acaso aquí somos de otro planeta?

Así y todo, hemos registrado una moción, para el pleno de mayo defendiendo la necesidad de aplicar un modesto criterio de laicidad a nuestro ayuntamiento, solicitando adherirnos a la red de municipios laicos, moción que ya sabemos que lo va a tener muy difícil. Pero lo que perseguimos con ella es que se hable de la libertad de pensamiento, conciencia y expresión Y, ante todo, queremos lograr que un cargo público lo sea del conjunto de la ciudadanía. Que represente y respete a todas las personas, algo que no es posible sí al igual que hizo el alcalde del PP en Villaquilambre, Manuel García (ese que dice ahora que busca estabilidad y concordia) llevamos a un cura a bendecir el adosado de nuestro ayuntamiento aconfesional en un Estado que debería ser laico. La aconfesionalidad está en los derechos fundamentales recogidos por nuestra Constitución y una sociedad sana tiene que hablar, debatir y expresarse sobre estos temas que en nuestro país siguen siendo tabú. Siempre desde la tolerancia hacia todas las ideas y creencias y con sumo respeto hacia ellas.

Y si el alcalde se pone flamenco, más aún si cabe, con su flamante mayoría absoluta forzada, tendremos que buscar otras vías para obligarle a que entienda que debe abrir ‘La Casa del Señor’ a toda la ciudadanía.

tracking