EDITORIAL: Una campaña limpia con gasto razonable
La firma del decreto de disolución de las Cortes por parte del rey abre el proceso para los comicios del 26 de junio. En un momento en el que el desapego de los españoles hacia la política alcanza máximos históricos se verán obligados a vivir otra campaña electoral. Y los llamamientos a la austeridad, desde el propio Felipe VI a los partidos políticos, parece que van en la línea de lo que desean los ciudadanos.
La sensación de hartazgo generada por la doble cita electoral de 2015 se ha visto incrementada por este extraño periodo de cuatro meses de movimientos frustrados y frustrantes para la formación de gobierno.
Los españoles conocen perfectamente a estas alturas los ‘argumentarios’ de los distintos partidos y saben demasiado bien que la tendencia hacia el cuerpo a cuerpo avanza con cada día que se resta en el calendario hacia la cita electoral.
Austeridad, mensajes claros y constructivos, y limpieza son las exigencias para una campaña que debe servir para mostrar que las cosas están cambiando en la política española.