Ocurrencias para Sandoval
Tal día como hoy, desde 1178, los monjes del monasterio de Sandoval celebraban una solemne ceremonia de gratitud a doña Urraca, hermana de Alfonso VII el emperador, que había sido una de sus donantes más dadivosas. Como desde hace unos años y de modo recurrente, Sandoval se ha ido convirtiendo en reclamo de ocurrencias diversas, no he querido comprobar el probable olvido de las preces a Urraca. Porque en la baraja de caprichos ha habido de todo: desde proyectos sensatos, a ideas temerarias.
Quizá lo más cabal fue la propuesta de alojar en su recinto monástico el archivo histórico provincial, que desborda las dependencias de Puerta Castillo. Pero eso fue hace ya unos años y seguramente no prosperó por el rechazo de los funcionarios a salir de la ciudad. Recientemente, ha sonado el proyecto de albergar en Sandoval una biblioteca europea, aunque de momento el monasterio no tiene las trazas para ello, a pesar de haber sido seleccionado hace diecisiete años por el programa Rafael de la Unión Europea junto a un palacio checo y un castillo alemán. Aquel programa de bautizo tan ilustre instaba a los promotores a llevar a cabo una restauración destinada a generar importantes beneficios sociales. No es necesario machacar que de los tres monumentos sólo sigue pendiente de arreglo nuestro monasterio.
Teniendo en cuenta que su propiedad corresponde a la Junta de Castilla y León, y haciendo cotejo con otros despliegues presupuestarios recientes en bienes monásticos, sólo se me ocurre lamentar lo solos que se encuentran nuestros monumentos. Al margen de la apuesta más sustanciosa llevada a cabo en el monasterio de Valbuena de Duero, donde además Caja España tapó el agujero previo dejado por el intrépido Meléndez de las Edades del Hombre, quiero recordar las inversiones sustanciosas en Moreruela (Zamora) y en La Espina (Valladolid). Otros cenobios abandonados salieron adelante con inversión privada, como la abadía de Retuerta, en Sardón de Duero (Valladolid) o el monasterio de San Pelayo, en Cevico Navero (Palencia), adquirido y rehabilitado por el grupo Siro para sede de su fundación.
El monasterio de Sandoval lo fundó una docena de monjes de La Espina, atraídos a esta vega por las donaciones de la corte leonesa. La gente del pueblo sostuvo una larga pelea por el uso de las tierras desamortizadas. La iglesia se inició como románica para rematarse con otros aires y tiene aspecto cabezón, con un ábside y un crucero de envergadura desmedida para el conjunto. A partir de su octavo centenario, este monasterio sufrió algunas intervenciones más que discutibles. La puerta de los pies es gótica, cobija un calvario en su tímpano, se adorna con hojas de berza y roble y luce monjes mutilados en sus capiteles.