cartas al director
Apátridas o en
tierra de nadie
D urante el siglo pasado y quizá más acentuado, en su primera mitad, la gran mayoría de la población española, ha estado sometida a un continuo trasiego por la geografía peninsular. La difusa propaganda interesada, sin ninguna información de tipo oficial, supuso el deambular de las gentes, que no tardó en tener sus consecuencias. La falta de previsión y planificación, fomentó el desarraigo y la despoblación de grandes territorios, acentuando en esas zonas, la pobreza de manera más incipiente, para los que se quedaban. Era la época de la escasez de medios de todo tipo a nivel general, pero en el ámbito rural si cabe, la situación era mucho más que precaria. El aparente bienestar que disfrutaban sus habitantes de la ciudad, era motivo de erróneas interpretaciones a la distancia, ocasionando masivos éxodos desde las poblaciones rurales, sin que nadie tomase medidas para frenar o reconducir, tales avalanchas. Nadie fue capaz de preguntar ni de explicar, a los muchos, que las penurias y las necesidades les empujaban abandonar sus pueblos, a donde iban y para qué. El único y escaso medio de información que llegaba a los que se quedaban, era la carta, que pasado el largo periodo de adaptación y escaso acomodo, hacían llegar los que se habían ido. En su contenido nunca se decía toda la verdad para no preocupar. Lo que ocasionaba que nuevos aludes de personas se dispusiesen a emprender el mismo recorrido.
Las añoranzas por lo dejado atrás, era la herida que nunca cicatrizaba. Todos estos movimientos de acogida de la emigración estaban focalizados, con mayor intensidad, en las regiones de las Vascongadas y Cataluña, hoy dentro de la configuración territorial nacional, denominadas autonomías. Favorecidas por las ayudas que recibían del Estado. A ese desarrollo contribuyeron los que huyeron de la miseria. Después de décadas de esfuerzo para dar a sus hijos el futuro que ellos no tuvieron hoy sufren los avatares políticos del independentismo, como es el caso catalán ¿Dónde se situarían estos españoles? La pobreza les llevó lejos de sus raíces. Muchos tienen parte de su familia repartida por España. ¿Será capaz la torpeza de los políticos catalanes, de situar a estas gentes mayores, en la disyuntiva de español si o español no?
dEMETRIO gORDO. lEÓN