Diario de León
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aquí y ahora manuel alcántara
León

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T enemos más jueces que reos y los que residen en Bruselas son infatigables en sus arduas tareas, que fundamentalmente consisten en que sigamos pasando grandes e inmerecidas fatigas. Ahora que hay gente que evita el calor regresando a la tribu y se baña en pelota, la Comisión Europea está tomando medidas para diseñarnos el traje de la próxima temporada. Nos reprocha que no lo hayamos hecho antes, ya que no ha variado el cuerpo del delito y tiene prevista una multa multimillonaria para castigar a España, incluida la congelación de la mitad de los fondos estructurales. Todos los momentos son malos pero especialmente el que atravesamos sin verle el final al trayecto del Gobierno en funciones. «Cuánto cuesta una espada en un vencido», dijo el gran Villamediana, poeta mayor de nuestro dorado siglo, al que por cierto no le dejaron hacerse mayor. Murió muy pronto, asesinado porque sus amores eran reales o quizá porque eran irrealizables.

Los señores de Bruselas tienen procedimientos más lentos. Prefieren la asfixia económica para atajar el déficit público del año pasado y nos exige que cumplamos las metas del déficit, que se han quedado a gran distancia de la salida. Dicho en otras palabras: nos espera un multazo, en vez de la prometida bajada de impuestos. El peor de los gobiernos es que no haya ninguno, ni bueno, ni malo, ni pésimo. ¿Hasta dónde pueden llegar los recortes? Lo nuestro tiene mucha tela, pero los tijeretazos a distancia pueden acabar por desnudarnos a todos. La primera víctima es la hospitalidad. Se acabó eso de atender al huésped «por ruin que fuera». Hungría va a someter a un referéndum las cuotas de refugiados. No quieren que se cumpla ese refrán unánime que pronostica que «de fuera vendrá quien de tu casa te echará». La presunta Unión Europea siempre ha sido un camelo o un sueño de personas bien intencionadas con nostalgia de un emperador que jamás conocieron pero que echaban de menos. Ahora es el funesto brexit lo que tiene más imitadores. Cada uno es cada uno y entre todos no somos casi nadie.

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