Aquí te espero
Pan para hoy...
Yhambre para mañana. Así dice un refrán y es lo que me temo que va a ocurrir con el nuevo centro comercial de La Granja, que se proponen abrir en el verano de 2018.
En principio nada que objetar. Si algún avispado empresario cree que en León hay capacidad económica para mantener tres centros comerciales, allá él. Se dará de tortas con la realidad, porque en León Plaza todavía no las tienen todas consigo y eso que Mercadona tira bastante. Se sabe que el secreto de un centro comercial es un buen hipermercado y una buena zona de ocio, con cines a ser posible. Si falla cualquiera de esas dos premisas, o las dos, lo mejor es no intentarlo o jugar con dinero ajeno.
Lo curioso es que algunos se frotan las manos al hablar de 30 millones de inversión, de crear 260 empleos directos y 140 indirectos... pero sobre todo de la urbanización de la zona con un coste de 17 millones y de la construcción de 1.724 pisos, la mitad de ellos de protección. Y digo yo si no serán muchos empleos y añado que no se cuentan los que se destruirán en otros lugares de la capital, porque lo que está claro es que León no va a aumentar su población de forma alarmante en los cuatro próximos años, por poner una cifra . Si continúa la despoblación y el envejecimiento tampoco creo que haya mucha necesidad de esos pisos. Pero claro, se urbanizará el sector y habrá aceras y farolas esperando que alguien se lleve el cobre... dando una imagen de querer y no poder, como la que hubo en Eras de Renueva durante veinte años o la de La Lastra.
Y todavía habrá quien piense que es de agonías denunciar que se entierre dinero público en urbanizar zonas que posiblemente nunca estén ocupadas ni por la cuarta parte de la población prevista. Pero creo que no hacerlo sería ser cómplice de un despilfarro más de los muchos que ha habido en esta ciudad. Despilfarros que para nada nos han servido al común de los vecinos, que vemos cómo disminuye nuestro poder adquisitivo, envejece la población y nuestros jóvenes tienen que ir a buscarse la vida lejos de aquí. Pero alguno con los beneficios se habrá hecho un chalé más grande, cambiado de coche o guardado en bolsas de basura para llevar a cualquier paraíso extranjero. Porque, no nos engañemos, con otro centro comercial esto tampoco será Jauja.