AQUÍ TE ESPERO
Será una broma
Cuan largo me lo fiáis. Ya sé que en esta provincia, como siempre hubo palacio, las cosas van a paso de tortuga, pero esto es demasiado.
Se anuncia a bombo y platillo que la Junta y la Diputación van a construir un puente sobre el río Esla que una la LE-5625 en San Miguel de Escalada con la N-625 pasada La Aldea del Puente (su nombre algo querrá decir), concluyendo así (ojo, cuando sea una realidad) una «reivindicación histórica», porque los alcaldes de los tres municipios (Valdepolo, Villasabariego y Gradefes) afectados, con 20 núcleos de población y 3.500 vecinos venían reclamando dicha infraestructura para evitar la incomunicación que en la actualidad padecen, entre una y otra margen del Esla. Están acostumbrados a dar un rodeo de muchos kilómetros para ir de un punto a otro cuando no distan más de 800 metros. Se calcula que 565 vehículos diarios de usuarios locales puedan utilizar este enlace, lo que significaría ahorrarse 40.400 horas de viaje al año.
Se dice pronto, pero se tarda mucho. Todas esas horas de viaje suponen muchos miles de litros de combustible que se consumen y por tanto muchos miles de euros que salen de los bolsillos de esos 3.500 vecinos.
Por eso no entiendo, con la gran utilidad que representa, con los beneficios que supondrá para la zona que este puente que costará 2,5 millones de euros a la Diputación y otros tantos a la Junta, tarde en construirse ¡seis años!
No es una catedral, ni tampoco una autovía como la Valladolid-León (ésta lleva 25 años proyectada, y ya veremos cuando se termina), sólo es un puente de 700 metros, en un trazado de 2,1 kilómetros, aunque las obras se prolongarán a lo largo de 7 kilómetros. Sí han leído bien: 7 kilómetros en 6 años, vamos que al día tendrán que construir la nada despreciable cantidad de 3,194 metros lineales.
Seamos serios. En pleno siglo XXI no tiene sentido que una obra de 7 kilómetros tarde 6 años en ejecutarse. Sólo hace falta voluntad para reducir al máximo todos los plazos. Anunciar un gran beneficio, pero dilatarlo 2.190 días es una broma de mal gusto. Supone hacerle perder 242.400 horas de viaje a miles de vecinos, cuando se dice que se quiere fijar población. Infraestructuras como ésta sirven para ello, pero como sigan retrasándolo no va a quedar nadie para cruzar el puente.