Una salida digna
C laro que la situación política que dejaron las urnas del 26-J es endemoniada¡ Para que Mariano Rajoy salga investido presidente necesita el sí de Ciudadanos y la abstención del Partido Socialista. Ambos partidos durante la campaña centraron su estrategia en denunciar los casos de corrupción que cercan al Partido Popular. En cualquier otro país de la Unión Europea (quizá con la excepción de la Italia de Silvio Berlusconi), los electores habrían castigado a un partido con esos antecedentes. Aquí sucedió lo contrario: el PP consiguió más escaños en el Congreso y revalidó la mayoría en el Senado.A partir de ahí los populares —sin decirlo abiertamente— iniciaron un contra relato en el que la conclusión era que Mariano Rajoy, políticamente hablando había sido indultado .
A partir de este diagnóstico que fuera del plano moral deja sin argumentos a Pedro Sánchez y a Albert Rivera para exigir la renuncia de Mariano Rajoy como candidato popular a la investidura ,todas las iniciativas posteriores al 26-J encajan como la maquinaria de un reloj suizo.
El PP toma la iniciativa, abre una línea de contactos discretos con los nacionalistas, empezando por lo estigmatizados dirigentes separatistas de la vieja Convergencia y a cambio de futuros apoyos para que este partido tenga Grupo Parlamentario propio (no reúne los requisitos establecidos por la ley) consigue hacerse con la presidencia de las Cortes (Ana Pastor) y tiene mayoría en la Mesa dejando al PSOE (candidato Patxi López) con un palmo de narices. Y a los entusiastas boys scouts de Ciudadanos muy, pero que muy, mosqueados. Dure lo que dure la legislatura y teniendo en cuenta que el Partido Popular está en minoría, el papel de la Mesa del Congreso será capital a la hora de estimular o frenar determinadas iniciativas de la oposición.
Es obvio, como decía, que la situación es endemoniada. Pero España como país que tiene dentro de casa compromisos a plazo fijo (Presupuestos, pensiones, techo de gasto, etcétera) y fuera, los que se derivan de formar parte de la UE, sería nefasto prolongar la actual interinidad.
Son tantas las voces de dirigentes del PSOE que se han dejado oír para decir que sería un dislate forzar unas terceras elecciones, que a Pedro Sánchez le quedan pocas salidas. Salidas dignas, se entiende.