Importante avance de León hacia la eficiencia energética

El Registro de Certificados de Eficiencia Energética de Castilla y León, que gestiona la Consejería de Economía y Hacienda, tiene inscritos más de 73.315 edicios y viviendas, una cifra que se ha multiplicado casi por cinco desde 2013, año en el que entró en vigor el decreto por el que se hace obligatorio disponer de esta etiqueta para alquilar o vender cualquier inmueble, un requisito que hasta entonces sólo era exigible para nuevas construcciones. La certificación de eficiencia energética es un procedimiento oficial que califica energéticamente un inmueble calculando tanto el consumo anual de energía necesario para cubrir su demanda en condiciones normales de ocupación y funcionamiento como las emisiones de dióxido de carbono asociadas.

La provincia de León roza ya las 14.000 certificaciones, sólo por debajo de Valladolid, con casi 17.000. Las diferencias numéricas interprovinciales son coherentes con el padrón de habitantes de cada territorio y con la actividad económica predominante, aspectos que inciden en la construcción de viviendas nuevas, una mayor tendencia al alquiler o la rehabilitación de las existentes. Es en éstas en las que hay un importante potencial de actividad en cuanto a obras de reforma o incorporación de medidas que aumenten su eficiencia energética.

Con la aplicación del decreto se trata de avanzar hacia el objetivo de la Unión Europea de conseguir edificios con un consumo energético casi nulo en 2020. Es evidente que la energía tiene cada vez un mayor impacto en sus costes. En un sentido más amplio, la eficiencia energética se plantea como una de las políticas de freno para el cambio climático y la consecución de sociedades sostenibles, junto con el desarrollo de energías renovables y una política de transporte menos agresiva con el medio. No supone renunciar a la calidad de vida, sino la obtención de los mismos bienes y servicios energéticos empleando menos recursos.