EDITORIAL: Balsas del Órbigo: un proyecto ahora más cuestionado
El Ministerio de Agricultura y Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Confederación
Hidrográfica del Duero, acaba de cerrar el periodo de información pública del anteproyecto de regulación lateral del río Órbigo y su estudio ambiental, en el que se contempla la polémica construcción de dos balsas en los arroyos de la Rial y Los Morales, que afectan a los términos municipales de Carrizo de la Ribera y Cimanes del Tejar. El proyecto, con un presupuesto de 44 millones de euros, tiene como objetivo «incrementar la garantía de suministro en los regadíos dependientes del río Órbigo, actualmente deficitarios», en el Páramo Bajo.
El desarrollo de este proyecto, ideado en los años ochenta como alternativa a la creación de un gran embalse en Omaña y más recientemente rescatado del olvido por el consejero José Valín, abrió un contenido enfrentamiento por los intereses contrapuestos de los vecinos de la ribera del Órbigo y los potenciales regantes del Páramo. Pero al rechazo general se sumaron los agricultores de la zonas de las balsas —por el supuesto impacto negativo que la humedad generada tendría sobre el cultivo del lúpulo—, ecologistas, ayuntamientos, juntas vecinales, asociaciones y sobre todo los vecinos de esos pueblos, hasta el punto de que el periodo de información y exposición del proyecto se cerró ayer con la cifra récord de 2.262 alegaciones, que dan una idea de cuál es el sentimiento y de la magnitud de la oposición a la creación de estas dos balsas en los valles de La Rial y Los Morales, con 23 y 11,3 hectómetros cúbicos de capacidad —valga como referencia que el de Villameca tiene 20—, sobre una extensión de 256 hectáreas de importante valor medioambiental —afectarían a nueve hábitats de la Red Natura y a 86 especies de aves protegidas— y con unos muros de más de 40 metros de altura. En la misma medida que el rechazo también son entendibles los argumentos de los regantes y de lo que se trata es de conciliar los intereses de las dos partes, ahora más difícil a la vista de la cuantificación del rechazo.