Solución final a las calles del Franquismo
El conflicto con las denominaciones que homenajean a personajes del Franquismo es, sin duda, una de las deudas pendientes de la democracia española. Resulta conflictivo que los nombres de personas vinculadas con la dictadura sigan presidiendo calles y plazas de las ciudades españolas. Probablemente la mejor fórmula para acabar con ese debate permanente pasaría por facilitar una solución, eso sí, debidamente establecida según criterios rigurosos, porque ni es razonable mantener abierto de manera indefinida el debate ni tampoco que se favorezca la posibilidad de que se incluya en él a personas —como ocurrió con el comandante Zorita en Madrid— que protagonizaron hazañas notables que nada tuvieron que ver con la política aunque exista una coincidencia temporal.
La sensación de que existe una deuda pendiente no favorece la democracia española y quizá por ello la Ley de la Memoria Histórica tenía unas excelentes intenciones aunque lamentablemente no ha servido de momento para zanjar unas polémicas que parecen no tener fin.