Diario de León
Publicado por
HOJAS DE CHOPO. ALFONSO GARCÍA
León

Creado:

Actualizado:

En:

Dicen algunos teóricos del asunto matrimonial que la cosa se las trae. O se las lleva. Incluso remiten a las proximidades de misterios como el de la trinidad, aunque en esta ocasión el protagonismo solo sea entre dos. Es un decir. No de otra forma se explica la noticia que las agencias fechan en septiembre de 1964. Llovió tanto desde entonces, que no se sabe cómo acabó la cosa, que les resumo para sus pertinentes conclusiones. El caso es que, después de dos días de haberlo tenido en venta, la señora Linda Monaghan, muy flemática ella, decidió no vender a su marido ni cambiarlo por otro. Nunca están de más los arrepentimientos, aunque desconozcamos sus posteriores consecuencias. La señora, quizá de forma precipitada y pensando que ponía una baratija en el mercado, había insertado el siguiente anuncio: «Se vende marido en buen estado [no sabemos con precisión a qué se refiere estado]. Medio irlandés. Muy excéntrico, bueno con niños y animales, especialmente con animales. Precio ganga, aceptaría cambio por otro en razonables condiciones». Tampoco entendemos con precisión lo de razonables condiciones.

Lo cierto es que, acaso por lo de ganga, quién sabe si por su buen estado, hasta es posible que por la intención de poner en ridículo al paisano cuyo nombre desconocemos, la oferta interesó a tantas mujeres, que la señora Monaghan echó el freno de mano y retiró a su marido del mercado. Creo que envalentonado por la respuesta y amparado en el éxito obtenido, el marido que estuvo en venta se limitó a contestar: «Yo soy solo el marido y a los maridos ellas nunca les dejan decir nada».

Lo cual, con todos los respetos y reservas del mundo, no es cierto, o no lo es del todo. Que se lo pregunten al cirujano neoyorquino Richard Batista, de 49 años cuando trascendió la noticia, en enero de hace siete años. Casado en 1990 y con tres hijos, el doctor donó un riñón a su mujer, hecho que le salvó la vida. Parece cierto eso de que hay amores que matan. Al parecer y presuntamente, la esposa, cuyo nombre desconocemos, le fue/era infiel. «Me siento humillado y traicionado», confesó Batista al New York Post. Presentó demanda de divorcio en 2005. Lo que a uno le parece asombroso es que el doctor reclamara la devolución del riñón donado hace ocho años, o, en su defecto, más de un millón de euros en que estima su valor. Ignoramos qué dijo la esposa. La verdad es que el dolor de riñones le puede acompañar toda la vida. Una pena. Pura noticia.

tracking