Un conflicto en Picos sin culpables ni soluciones
La propagación de la sarna por el territorio del Parque Nacional de Picos de Europa ha continuado de una manera imparable y los últimos estudios elevan el área afectada al 76% del terreno natural protegido. Son casi 50.000 hectáreas con los animales infectados en un proceso que según los expertos no se pueden determinar culpabilidades, pero tampoco es posible aplicar soluciones.
Las reservas de caza de Riaño y Mampodre se ven afectadas directamente por una enfermedad sobre la que sí se ha podido establecer su origen. El contagio surgió en el año 1993, en el área del Pico Torres, y se originó en unas cabras domésticas que no estaban saneadas. Desde entonces el avance por los distintos territorios del parque ha sido imparable, especialmente en los rebecos, aunque también hay otras especies —incluso domésticas— en las que se ha podido concretar la presencia de la enfermedad en los análisis.
El conflicto es más notable si cabe porque no existen en principio soluciones técnicas para afrontar esta auténtica plaga. Hay unas barreras naturales en el desfiladero de Los Beyos y el río Sella que han frenado su expansión hacia Cantabria. Y también se detectan unos ciclos de expansión y ralentización de la virulencia de la sarna que marcan el proceso. Pero en principio es impensable una erradicación entre la fauna salvaje que sí es posible en el caso de los animales domésticos a través de las campañas de saneamiento ganadero. Parece que Picos se ve forzado a sufrir un problema a largo plazo sin remedio fácil.