Rafael Nadal Parera

M e encuentro entre los muchos admiradores que Rafa Nadal tiene en todo el mundo. No cabe duda que es el mejor tenista español de todos los tiempos y que también cabría incluirlo entre los mejores deportistas españoles a nivel general. Sin embargo el reconocimiento de Nadal trasciende, con mucho, lo que es su propia trayectoria como deportista.

En un tiempo en el que los escándalos nos asedian un día sí y otro también es importante tener referentes positivos de conducta. Su entrenador desde siempre es su tío que ha sabido moldear no sólo aspectos tácticos o técnicos sino también otros que se refieren a su conducta. Así, por ejemplo, cuando Nadal gana el campeonato de España de infantiles Tony Nadal pide a la Federación el listado de los últimos 25 campeones de España infantil y se los muestra a Rafa para decirle «estos han ganado ese campeonato igual que tú pero no han llegado a ser nada en el mundo del tenis, te queda mucho por conseguir». Estas lecciones de humildad han sido básicas en su desarrollo posterior. En los momentos que los resultados deportivos eran menos brillantes ha desoído los cantos de sirena que le aconsejaban cambiar de entrenador y ha optado por la continuidad lo que hoy pocos dudan de que haya sido un acierto. Diríamos que en la fidelidad a su entrenador hay que estar a «las duras y a las maduras».

A Nadal todos le reconocen su gran fortaleza mental y su espíritu de lucha, de no dar nunca un partido por perdido. En las últimas olimpiadas vendría a ser un ejemplo de ello y en concreto el partido jugado con Juan Martín Del Potro, cuando Nadal perdía 5-4 y sacaba el argentino para ganar el partido el español hace un juego extraordinario y gana en blanco ese juego. No es un caso aislado, cuando al día siguiente compite por la medalla de bronce con Nishikori cuando perdía 5-2 y sacando el japonés para ya ganar el partido, termina ganando Nadal ese set por 7-6 (aunque luego en el tercer set termina perdiendo el partido).A pesar de llegar a la olimpiada sin competir previamente, por su lesión, consigue la medalla de oro en dobles cuando la retirada de Feliciano López le hace aceptar la invitación de su amigo desde los 12 años, Marc López, para competir juntos. Es también el triunfo de una amistad que le hace aceptar un reto tan importante como estar en tres competiciones y tener que jugar varios partidos en un día con pocas horas de diferencia.

Nadal siente el orgullo de ser español hasta el punto de que sacrifica su presencia en torneos importantes para poder representar a España en las olimpiadas y hacerlo además en varias modalidades. Es la España plural de alguien que es aficionado del Real Madrid pero que a la vez pertenece al Club de Tenis Barcelona. Ello hace que haya tenido un reconocimiento casi unánime en todos los sectores. Así recuerdo que Luis Enrique, el entrenador del Barcelona, se refería a él diciendo «sólo tiene un defecto, el del equipo de futbol al que anima». En ese mismo plano de «la normalidad de un genio» su novia no es una mujer que salga en la prensa del corazón, es simplemente alguien que conoce por ser amiga de su hermana.

En el circuito tenístico Nadal tiene un reconocimiento general que se ha ganado con sus modos de conducta en el campo. Puede discutir decisiones de los árbitro pero no recuerdo haberlo visto nunca romper una raqueta o no dar la mano a un rival o al árbitro después de un partido.

Desde el punto de vista de un espectador es de los jugadores que da un mayor espectáculo. Con Nadal hay peloteo y ello hace que se disfrute más del partido. En su momento tuvimos la oportunidad de verlo en directo en el torneo que se jugó en León (que ganó en una final disputada con Fernando Verdasco). Son ya leyenda del deporte sus enfrentamientos con Roger Federer.

En un medio social en el que se da una falta de valores como la humildad, el sacrificio o la constancia Nadal puede ser un buen ejemplo de todos ellos. En ese sentido Tony decía que su sobrino era alguien que se le daba bien dar con una raqueta a una pelota de tenis, pero que en la vida había otras muchas cosas, lección de humildad. Son muchas veces que Nadal ha jugado muchas veces lesionado y con dolores, otras veces ha tenido que jugar varios partidos en un mismo día (como en los últimos juegos olímpicos) toda una lección de sacrificio. De la constancia y fidelidad serían ejemplos tanto el mantener a su entrenador como el hecho de que todo jugador de tenis sabe que a Nadal sólo se le ha ganado cuando se le da la mano en la red, pero nunca antes. Su capacidad de reacción ante las dificultades es impresionante.

Nadal es también ejemplo de honestidad, de alguien que paga sus impuestos en España y en eso también se diferencia de otros deportistas y tenistas. Cuando el tiempo pase se reconocerán aún más lo que ha significado para España y el deporte español. Para mí, al menos, es mucho más que un gran tenista.