cartas al director
Fracaso escolar evitable
L o cerca que está la caída es algo que se experimenta desde que somos niños», son palabras de la escritora Elvira Navarro, en clara alusión al desgraciado final de la protagonista de su próxima novela, dañada por el olvido, la precariedad y el desamparo. Y es que evitar o aprender a gestionar el fracaso, es algo que debiéramos cultivar desde la escuela, pues sólo cuando somos niños nos mantenemos equidistantes entre el éxito y lo contrario. Saber ganar debe ser infinitamente más fácil que saber perder. Para lo primero es probable que alguien crea que ha nacido, pero no para lo segundo. Y lo digo ahora, que estamos a tiempo. Ahora que finaliza el verano y nuestros hijos comienzan un nuevo curso. Ahora que acuden a los colegios, donde con la ayuda de los profesores, de los compañeros y de sus familias, es posible —parafraseando a José Antonio Marina— generar talento. Pero no voy a ocultar mi preocupación. Porque nunca he visto a un estudiante o a un profesional brillante, dejar de serlo en condiciones favorables. Pero sí cuando vienen mal dadas. Cuando el interés académico es despistado por múltiples factores extraescolares que alteran el progreso. Así, cuántos suspensos hemos visto en familias desestructuradas, en situaciones sociales adversas, o en las faltas de apoyo de compañeros. De todos depende, que en lugar de colgar a los niños la etiqueta de «torpes», les enseñemos a implementar lo que pueden llegar a valer.
LUIS A. RODRÍGUEZ ARROYO. Santo Tomás de las ollas