cartas al director

¿Prevenir o curar?

L es quiero plantear esta cuestión tras la noticia acaecida hace unos días, cuando el maquinista del Alvia que une Santander-Madrid, decidió no continuar al mando del convoy al llegar a Osorno. He leído esta noticia con detenimiento y prudencia; valorando los datos existentes y poniéndome en los dos bandos del hecho. Es decir, como profesional que maneja un tren de pasajeros y como usuario o cliente del mismo.

Por un lado, me produce tristeza. Por otro, responsabilidad. Ustedes podrán pensar que esto es incongruencia. Pero reflexionen conmigo. Se cargan las tintas sobre el maquinista. ¿Es irresponsable el profesional que habiendo cubierto sus horas reglamentarias para el manejo de un tren con 109 pasajeros, decide no continuar al mando de esas vidas por posibles problemas que puedan ocurrir en el transcurso del viaje? ¿O es un profesional responsable el que deja al descubierto las carencias del servicio, antes de que pueda ocurrir una desgracia de peores consecuencias?

Y por otro lado y no menos importante. Las explicaciones de Renfe. ¿Han sido éstas apropiadas al problema suscitado? ¿No existe ningún responsable que tuviera conocimiento de los horarios del maquinista puesto en el brete de abandonar su puesto de trabajo, cumplidas sus horas y habiendo dejado el tren en unas condiciones reglamentarias de seguridad? ¿Ningún mando sabía que existía una peligrosa ilegalidad de haber continuado? Yo creo que sí.

Evidentemente que el usuario sale perjudicado. No cabe duda. ¿Pero el perjuicio debe recaer en el maquinista o en los responsables de mando que deben evitar el trastorno ocasionado?

Espero y deseo que la tan cacareada investigación anunciada por la empresa deje claro quién es el máximo responsable del hecho que nos ocupa. Y sobre todo, que expliquen las horas que debe hacer un maquinista; el tiempo de descanso al que tienen derecho; y, si es legal o no que un profesional sobrexceda su tiempo de trabajo, máxime cuando entre sus manos lleva la vida de 109 pasajeros.

Por último, dejo otra cuestión para el análisis: ¿si el maquinista hubiera continuado el periplo del viaje hasta Palencia y hubiera tenido algún despiste por mor de ese exceso de horas realizadas que marca la legalidad vigente, provocando un accidente, de qué estaríamos ahora hablando?

Para encontrar respuestas, nos deben dar explicaciones claras y concisas, ajustadas a la ley y debe hacerlo Renfe como responsable máximo. Y si el maquinista ha ejercido su trabajo ajustado a esos parámetros, se aleje de él cualquier sospecha que pueda poner en entredicho su profesionalidad. Dándose a conocer en los medios de comunicación los resultados de la investigación con los datos que avalen el mismo sin dejar ningún resquicio a una mala praxis del maquinista implicado en los hechos.

Ante este episodio deseo resaltar los datos expuestos en este diario de forma intachable y cotejados con la realidad. Valga de reflexión final, un viejo refrán: «vale más prevenir que curar».

Juan Manuel Arias

Alcoba. león

Suspenso en educación

L a sanidad pública ha sido por mucho tiempo motivo de alarde. Sin embargo hay otros campos en los que no nos deberíamos sentir nada orgullosos, como la educación. Las universidades españolas están entre las peores del mundo, y no sólo en eso es pionero nuestro país, sino que también es líder en fracaso escolar en Europa, seguramente debido a que el Gobierno falla a la hora de ofrecer una educación de calidad. El bachillerato español no puede ser comparado con otros sistemas de educación europeos preuniversitarios, debido a que este falla en dotar a sus usuarios de los suficientes conocimientos en áreas como las matemáticas o el inglés. Esto causa que cualquier bachiller que quiera estudiar en universidades extranjeras tenga que sacarse por su cuenta el certificado de nivel C1 en inglés, junto con otra prueba similar en matemáticas. Es indignante que un país que fuerza a sus estudiantes a tomar pruebas decisivas como la selectividad o las revalidas falle a la hora de ofrecer en educación los mínimos europeos.

cristina castro. león

Caja desmantelada

S oy una leonesa triste y enfadada. Esta mañana cuando salí a la calle con mi perrita, vi cómo desmantelaban la oficina de Caja España-Caja Duero sita en la avenida de Quevedo, una de las que más clientes tenía.

Esta oficina tenía más clientela de personas mayores a los que como a mí nos cuesta caminar y ahora tendremos que desplazarnos hasta la avenida Doctor Fleming con la dificultad que eso supone. Pero mire, en León no hay quién levante la voz para protestar, todos tan contentos.

Gracias a todos los empleados desde el director a la subdirectora por lo bien que nos han entendido y por haber tenido una sonrisa y una palabra amable con nosotros.

CARMEN. lEÓN