Diario de León
Publicado por
LA LIEBRE ÁLVARO CABALLERO
León

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U na anciana de 93 años llama al 1004. (Aviso: no es un chiste, ni una historia inventada, ni un anuncio del ministerio de Servicios Sociales). Descuelga una joven leonesa, de esas a las que el futuro le pilló con un contrato de esclavitud de telemárketing y convenio precario en León, y le suelta de carrerilla la fórmula protocolaria. La señora se presenta y pide el teléfono del rey. «¿Cómo?», le responden para ganar tiempo. «El teléfono del rey», insiste la buena mujer, embalada ya en explicar que «es una vergüenza lo que está pasando», insistir en que «no es justo» y recalcar que necesita hablar con el monarca «para que haga algo». Cómo no lo van a saber, se empecina, después de recitar como un padrenuestro el año que se va a cumplir desde la primera votación sin Gobierno y preguntar a sus interlocutora si piensa que se trata de «una mala idea». No, le responden. Si hubiera sido una mala idea, hubiesen llamado de Ferraz y la conferencia la habría pagado La Sexta .

Pero en Ferraz y alrededores tienen whatsapp, twitter y todas las herramientas que utiliza la gente desde que no sabe comunicarse cara a cara. En Ferraz se encierran un día entero para apuntillarse en privado después de semanas de apuñalarse en público, con todos sus medios (literal) al servicio. Ese eco que se amplifica en Ferraz me llega en medio de la boda en la que estoy en Santander, donde a 20.30 horas el pinchadiscos anuncia como un hit, con la música de El Venao de fondo, que Pedro Sánchez acaba de dimitir. Salgan con las manos en alto, se escucha de fondo. Los niños de Pepe Blanco, a los que después de sus días de gasolineras y rosas ha desheredado para hacerse padrino de Susana Díaz con el leonés Tino Rodríguez como deudo, entregan la sede. Dentro quedan los daños irreparables para un partido con 117 años de historia. Fuera, la militancia exige elegir, como si no hubiesen optado antes por lo que le pusieron delante, caso de León, donde votaron a una candidata al congreso sin que la conocieran siquiera los militantes, sólo porque el aparato se lo dijo. Habrá guerra aquí también, con los nanetes de José Antonio Diez preparados ya para el asalto del líder babiano. La simulación de la política genera sus monstruos y, a menudo, los devora como Saturno, que fue andaluz. Se llevan el balón los que han demostrado ser los dueños. No queda partido. A saber qué teléfono le dan ahora a la buena señora cuando llame.

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