EDITORIAL. Productos de León: queda margen para avanzar en calidad y prestigio
León clausuró ayer la vigésimo tercera edición de la Feria de Productos de León, y lo hizo con gran afluencia de visitantes, con más actividad y de mayor interés que nunca y con la certeza, ya cerca de cumplir los 25 años, de haberse consolidado como un escaparate imprescindible para el desarrollo del sector y para la sociedad leonesa en general. La cita anual de octubre es el mejor termómetro para medir la evolución de la actividad agroindustrial de una provincia rica y diversa que tiene en ella uno de los pilares de su desarrollo económico y laboral. Lo cantan las cifras: 13.700 empleos, 507 empresas en el negocio, 194 de ellas con actividad exportadora que suma un volumen anual de ventas en el exterior que ya supera en valor los 160 millones de euros —nada menos que el 13,4% del conjunto de las exportaciones leonesas— y casi un 10% de generación del PIB provincial. Es, además, el sector que mejor comportamiento ha tenido durante la crisis económica y probablemente el más impulsivo e imaginativo en su capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos, a las más exigentes circunstancias del mercado y a las continuamente cambiantes demandas de los consumidores.
León, toda la provincia, está demostrando hasta qué punto es capaz de aprovechar sus recursos endógenos para generar actividad económica, aunque el trabajo en este terreno ofrece posibilidades todavía inexploradas. La calidad es uno de los factores determinantes en el éxito de la industria agroalimentaria, que tiene ante sí el reto de mantener su pujanza y de alcanzar nuevas cotas de desarrollo. Convertir productos tradicionales en artículos realmente apetecibles para el consumidor era hace tres décadas una fantasía. Pero también un reto sólo al alcance de la audacia, la imaginación, la tenacidad y el entusiasmo. La unión y el esfuerzo de todos, incluidas las administraciones, harán que los resultados sean también inimaginables.
