No hay crimen perfecto
M e siento feliz, acabo de conocer personalmente a Lorenzo Silva, maestro de la novela negra, quien tuvo la gentileza de invitarme a una mesa redonda sobre Cervantes, dentro de las actividades paralelas de Getafe Negro , que comisaría. Ya ante un café, le hice una pregunta a bocajarro: «Mi mujer es una lectora diaria del género, ¿crees que pretende cometer conmigo un crimen perfecto?». Me tranquilizó: «No, tiene cara de simpática». Luego conversamos sobre la brutal agresión en Alsasua a dos guardias civiles y a sus parejas, por cincuenta cobardes. El creador de Bevilacqua y Chamorro, y él mismo guardia civil honorario, había publicado en este periódico un artículo al respecto, titulado «Sin prejuzgar», en el que criticaba además del suceso la tibia condena de algunos sectores. Fue un verdadero placer compartir un rato con él, así como con mis otros dos interlocutores: Mateo-Sagasta (Ladrones de tinta , sobre una investigación en el XVII para dar con quién era el autor de la segunda parte apócrifa del Quijote ) o el gran poeta y prestigioso profesor Jorge Urrutia. Ojalá en León consiguiéramos tener unas jornadas cómo las de Getafe Negro : Por ejemplo, sobre novela histórica, y en las que ciudad y universidad se volviesen cómplices. Haría falta, claro, un Silva para coordinarlas. No todo es cuestión de grandes presupuestos, aunque ayude. Las personas son las que consiguen los logros. Ellas, no los personalismos.
Antes de ponerme a escribir esta columna, Javier Pérez Andrés me entrevistaba sobre los medallones de San Marcos. Me preguntó, pues él también dispara a bocajarro, qué dos grandes personajes añadiría a esta fachada. No titubeé, pondría a Manuel Azaña, porque en 1938, pidió «paz, piedad y perdón». Y a Felipe VI, por el gran reto de conexión nacional que tiene ante sí.
Me gusta esta tierra, me gusta este país. En su intervención en el debate, Mateo- Sagasta defendió que España no ha sido ni es un país en constante decadencia. Estoy muy de acuerdo, no somos eterna pintura negra. Al menos, no más que otras culturas europeas. Pero, eso sí, en esta etapa en la que nos encontramos a los guardias civiles Bevilacqua y a Chamorro no les van a faltar casos. Ni a mi mujer lectura.