¿Quién apostaba por Rajoy?
H ace un año no había ni entre políticos, los «suyos» menos que nadie, ni entre periodistas, más aún los que se autoconsideran oráculos de la derecha, quien diera no ya un euro es que ni una peseta por Rajoy. Por diciembre la cosa, a pesar de haber ganado y con cierta holgura pero con un castigo tremendo en votos y escaños, no pintaba mucho mejor. Y la propia mañana del 26-J cuando las encuestas seguían «acertando» en que el PP bajaba escaños y el ‘sorpasso’ de Podemos al PSOE estaba ahí, empezaba a oírse lo que se llevaba cabildeando durante los meses anteriores. Su «imprescindible» sustitución. Incluso en el PP, y en el seno de su propio gobierno. Pocos fueron, y Mariano lo sabe, quienes no entraron en el juego y las conspiraciones. También quienes fueron los más entusiastas. Que ahora están con un ataque de ansiedad.
Porque hablaron las urnas y aunque en medio del tumulto del agitprop parece que quien le ha dado el gobierno ha sido el asturiano Fernández, quien en verdad se lo dio fueron los 8 millones que lo votaron. Que no eran la mayoría absoluta, pero si la más cualificada. Mas que antes con respecto a ‘don no’ que para poderlo decir cada vez tenía menos escaños, menos votos y ninguna posibilidad real de ser presidente del Gobierno a no se que lo fuera a hombres de quienes precisamente lo que quieren es escabechar a España. Lo único que ha acabado por pasar ahora ha sido el inevitable reconocimiento de que la cosa era así, que había ganado las elecciones y que si se persistía en el bloqueo y no dejarle gobernar lo único posible era volver a las urnas y que entonces su triunfo fuera aún mayor. El ejercicio de sensatez y responsabilidad se podía haber hecho hace cuatro meses.
En noviembre, al fin, tendremos presidente, y sabemos quien será. Gobierno también pero que nadie diga que conoce un nombre seguro de la lista porque estará mintiendo. No lo hay. Por ahora, ya digo, lo que más algunos con susto de que se supiera lo suyo en aquellos días de conspiraciones y de dar ya por amortizado a Rajoy. Y si les puedo decir una cosa, Mariano sabe lo suyo. Desde mayo y no se ha olvidado de ninguno.
Durante todos estos meses Mariano Rajoy, el presidente convertido en una caricatura por los medios y al que se ha querido convertir en el símbolo y responsable de toda cuanta atrocidad, real o inventada, acaeciera aquí o allá, ha aguantado y ha ganado. Y esto no es una opinión, es una obviedad.