Diario de León

TRIBUNA

San Marcelo, patrón legionense

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Máximo CAYÓN DIÉGUEZ Cronista Oficial de la ciudad de León
León

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D esde el siglo VI, en esta antigua Corte de Reyes se ha rendido culto a San Marcelo, patrón de la ciudad. Sus restos mortales reposan en la iglesia parroquial del mismo nombre, en un arca de plata cincelada en 1627 por Hernando de Argüello. La imagen del patrón legionense se venera también en el citado templo. Encargo del regidor leonés Ramiro Díaz a Gregorio Fernández, por contrato de fecha 19 de febrero de 1628, la talla, que se concertó en el precio de trescientos ducados, llegó a nuestra ciudad en 1631. Policromada por Diego Valentín Díaz, estrecho colaborador del imaginero, es de tamaño mayor que el natural y viste indumentaria militar española de la época en que fue esculpida.

El 29 de marzo de 1493, Sábado Santo, procedentes de Tánger, llegaban a León los citados restos. Reinaba Fernando el Católico. Sin embargo, la conmemoración de dicha traslación se fijó en el martes de Pascua Florida, con la finalidad de desvincularla de la liturgia propia de la Semana Santa. Por eso, como recordarán aún muchos leoneses, las reliquias del santo se exponían a la veneración durante todo el señalado martes pascual en la iglesia de San Marcelo, y, además, se abría la capilla del Santo Cristo de la Victoria, donde la tradición sitúa su vivienda. Y es que ‘no lejos de esta iglesia (se refiere a la parroquial de San Marcelo) hay un pequeño oratorio, —dice el P. Risco, [España Sagrada, Tomo XXXIV, pg. 350]— cuyo sitio es reverenciado por los devotos legionenses, que desde tiempo inmemorial tienen la tradición de haber estado en él la casa de su Santo Mártir y conciudadano Marcelo’.

Esta celebración tenía resonancia en los medios de comunicación social. Mismamente, hace ahora siete décadas, la prensa local, [Proa, 23-04-1946, pg. 2], informaba de todo ello, resaltando al mismo tiempo que «el alcalde accidental, Sr. Suárez Ema, ha ordenado que se adorne la capilla [del Santo Cristo de la Victoria] para honrar al Patrón de la Ciudad. En ella se lucirá una nueva y bonita alfombra de nudos de estilo y artesanía leoneses, hecha en los talleres que dirige el sacerdote D. Saturnino Escudero».

Veinte años más tarde, M.M. Aláiz [Diario de León , 12.04.1966, pg. 5] firmaba en la sección ‘Temas Locales’ el siguiente comentario: ‘Conmemoramos una fiesta y fecha gloriosas, la de la traslación de las reliquias de un Santo Centurión Romano —santo él, su esposa y sus doce hijos— a su ciudad, de la que fue nombrado Patrón y al que se debía honrar con una fiesta local, el 29 de octubre’. Evidentemente, sobran las apostillas.

Valeroso centurión adscrito a un escuadrón de la Caballería de la Legión VII Gémina, Marcelo estaba casado con Nona o Nonia, con quien tuvo doce hijos. El 21 de julio del año 298, durante la fiesta conmemorativa de los natalicios de los emperadores Diocleciano y Maximiano, ante las más altas magistraturas romanas, presentes en la tribuna principal emplazada en el lugar donde hoy se alza la iglesia dedicada al santo legionario, éste confesó públicamente su adhesión al catolicismo. Y la muerte asomó en el horizonte. Juzgado y martirizado en la subprefectura de Tánger, fue ejecutado el 29 de octubre del referido año. Sepultado allí por la comunidad cristiana, según se relata, antes de ser decapitado, Marcelo se dirigió al Presidente del Tribunal en los siguientes términos: «Gracias, Agricolao, Dios te pague el bien que me haces».

Tras la victoria en la batalla de Arcila, el 28 de agosto de 1471, Alfonso V de Portugal tomó Tánger. El triunfo trajo consigo el hallazgo de una tumba con una inscripción que decía: ‘Marcellus, Mártir Legionensis’, lo que propició la recuperación de los restos mortales del mártir leonés que, como quedó apuntado, llegaron a nuestra ciudad en 1493. Depositados en la antigua iglesia del siglo XII, puesta bajo la advocación del Santo Centurión, de aquel templo románico pasaron al actual, de estilo herreriano, obra de Baltasar Gutiérrez y de Juan de Ribero Rada, arquitectos de la Catedral y del Palacio de Poridad, respectivamente, inaugurado el 10 de marzo de 1628, por Gregorio de la Pedrosa, obispo de León.

Cada 29 de octubre, el Ayuntamiento de León y el Cabildo de la S. I. Catedral honran la memoria de San Marcelo de conformidad con el protocolo establecido en las Políticas Ceremonias, del Marqués de Fuente Oyuelo, obra impresa por primera vez en 1693.

San Marcelo es el patrón de esta antigua capital del Viejo Reino. Y, desde 1983, de la Policía Municipal legionense. Revitalizar su recuerdo y su figura es un reto que nos concierne a todos.

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