EDITORIAL | Violencia de género: compromiso y denuncia más allá de la gestualidad

León se sumó ayer a la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia sobre la Mujer con el balance de trece asesinadas en la provincia desde el año 2000 y la sensibilidad a flor de piel por el caso que tuvo como víctima a una vecina de La Virgen del Camino el pasado día 17 y que conmocionaba a todo el país. Era una de las 460 leonesas que en los seis primeros meses del año habían solicitado amparo judicial, aunque la orden de alejamiento y las medidas de protección policial no fueron suficientes para evitar la tragedia.

Van cuarenta mujeres muertas en España en lo que va de año en episodios relacionados con la violencia machista, pero la magnitud del problema no debe medirse de manera cuantitativa, sino cualitativa: una sola muerte lo es. Y es cierto que no se resuelve con la gestualidad expresada en las manifestaciones de rechazo de toda la sociedad a cualquier forma de violencia ejercida contra las mujeres. Sin embargo, esa escenificación en las calles es importante para mantener despiertas las conciencias desde la idea de que la respuesta debe ser la de toda la sociedad, pero también un ejemplo de coordinación institucional en la que no puede haber fisuras. El poder político debe situar la lucha contra la violencia de género como una de sus prioridades absolutas, pero no sólo como enunciado, sino como ejercicio diario, porque cada asesinato, cada agresión física o psicológica y cada amenaza suponen un atentado contra nuestro Estado de derecho y, todavía más, una merma de la dignidad de las personas que impide que una sociedad pueda considerarse libre. Es necesario el compromiso activo desde todos los ámbitos sociales para acabar con esta lacra. Y es necesario acabar con el silencio de las mujeres que sufren maltrato, y el silencio cómplice que nos afecta a todos, porque la violencia de género no será eliminada hasta que todos nos neguemos a tolerarla.