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TRIBUNA

Riesgos del éxito turístico de la ciudad de León

Publicado por
Laurentino Bello Acebrón ex profesor de la ule
León

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C uando todo apunta a que en un futuro próximo el número de turistas en la ciudad de León se incremente considerablemente, no solo por los eventos y actividades promocionales, sino también por la mejora de las infraestructuras de transporte (AVE, aeropuerto...) y especialmente por el cambio de tendencia, en el mercado nacional e internacional, favorable hacia el turismo cultural y de interior tal y como reflejan claramente los informes y las estadísticas del sector.

Estas perspectivas de éxito (generalizables también a otras capitales de nuestra Comunidad) en un sector clave en la economía y el empleo, no deben conducir a la autocomplacencia ni conducirnos a errores que se han cometido en otras ciudades y lugares (Barcelona, Baleares, Granada, Brujas..etc.), que desde hace unos años se han replanteando su estrategia turística para hacer frente a lo que han llamado «morir de éxito» con síntomas como la «masificación insostenible e insoportable», la Turismofobia (Rechazo ciudadano a la saturación y la expulsión de vecinos de determinadas zonas, discriminación de calles y barrios), la banalización del Patrimonio y de la Ciudad... etc.

Por ello, con estas líneas, sólo pretendo contribuir a generar algunas reflexiones sobre estos aspectos citados. Por limitaciones de espacio no es posible analizar la evolución de la oferta y demanda, ni hacer una evaluación de si las intervenciones de los últimos años han sido las correctas, o si la imagen y la coordinación de la promoción ha sido la adecuada (profesores expertos en Turismo y Marketing de Ciudades de la Universidad de León ya han realizado estos análisis y han efectuados sus propuestas).

Nos centraremos en dos de los aspectos más relevantes que destacan en el debate tanto académico como profesional y que el «espejismo del éxito» los suele despreciar o marginar con resultados a largo plazo bastantes catastróficos, y que a mi modo de ver no se deberían de despreciar en la Gestión Turística de la Ciudad de León.

1. Masificación insostenible e insoportable. Existen un gran número de gestores y agentes (públicos y privados) que consideran que el turismo en una ciudad o en un territorio es «como un espacio físico que se va llenando sin costes, eso sí, a costa de la «comodidad de los contribuyentes» y que la afluencia masiva y desestructurada de turistas no ocasiona impactos y daños en la ciudad, en el Patrimonio y en otros colectivos, (ciudadanos, comerciantes, iglesia, servicios sanitarios, limpieza, seguridad…) que aparentemente parecen estar alejados de la industria turística. Este enfoque simplista se retroalimenta cuando se valora exclusivamente los resultados del Turismo a través de los datos cuantitativos de afluencia de turistas y de ocupación hotelera.

Diversas experiencias y aportaciones teóricas recomiendan que esta visión parcial debe ser sustituida por un enfoque que considere al Turismo como una actividad más compleja que no compete solo al Ayuntamiento u otros organismos públicos y a la industria turística sino también a los ciudadanos, a los comerciantes, a los gestores de patrimonio y arte, a los gestores medioambientales... etc.

El cambio de un «turismo de masas» a un «turismo masificado», ya está afectando a León (más de 500.000 visitantes se esperan en 2016) y esta «masificación» empieza a ser percibida no solo por los turistas sino también por los leoneses, que en determinadas fechas y horas ven como monumentos históricos, zonas urbanas (la calle Ancha y alrededores sufren aglomeraciones con un tránsito lento y dificultoso— y otros espacios públicos son ocupados cada vez en mayor medida por terrazas, expositores. chiringuitos diversos... etc. con un alto grado de ‘banalización’ del territorio urbano.

Parece, por tanto, necesario empezar a plantearse en León, al igual que se está haciendo en otras ciudades, conceptos como la «capacidad de carga» (de un territorio, de un espacio urbano, de un monumento o de cualquier recurso turístico), ya que difícilmente se puede alterar la estructura urbana actual ni las dimensiones de los diferentes monumentos históricos y lugares de interés. Una Gestión Turística basada en incrementar constantemente la afluencia desestructurada de turistas para aproximarse o sobrepasar la «capacidad de carga», solo puede conducir a una pérdida de calidad e insatisfacción de la experiencia turística en nuestra ciudad y también en un mayor deterioro del Patrimonio y del medio ambiente.

Todos los expertos llevan avisándonos que hay que evitar «que la sobreexplotación de un monumento lleve a su deterioro» y que si se alcanza la saturación de espacios urbanos y culturales hay que plantearse, a corto y medio plazo, una cierta regularización: tasas, reorientación de flujos en la ciudad, desestacionalización de la demanda, inversión en diseños de ciudad más inteligente en clave de sostenibilidad… son algunas de las propuestas que se han implementado (González Reverte, 2015) y que no debemos despreciar.

2. Imagen y la percepcion de la ciudad. La promoción turística y la construcción de la Imagen de León a lo largo de los años ha contribuido y contribuirá en gran medida a la captación de flujos de viajeros y hacer cada vez más atractivo y competitivo a León como destino turístico. Pero no me interesa tanto hacer un análisis de las actuaciones realizadas, o consideraciones sobre si los valores, las representaciones o los significados son o no los correctos ,sino insistir en la importancia de la imagen en los mercados Turísticos para destacar que «el valor de una imagen en contextos turísticos no solo importa en tanto canal de transmisión de la oferta y captación de la demanda, sino como instrumento necesario para la creación de los mismos espacios que representa» (Saida Palou, 2009).

Ya en (1975) J.D.Hunt destacó «que lo que realmente motivaba a los turistas no era la realidad, sino la imagen suscitada de la realidad, deduciendo, que los turistas siempre consumen el espacio visitado a través de una representación del mismo».

Si aceptamos que para una gran parte de turistas es más importante «reconocer» que conocer, la Promoción Turística de la Ciudad, el diseño de productos y servicios, así como la imagen de marca tiene que contribuir a distribuir espacial y temporalmente los flujos en la ciudad y no alimentar la masificación insostenible de algunos espacios y monumentos como apuntábamos en el apartado anterior.

La complejidad de las decisiones en materia turística hace que no existan soluciones fáciles ni «recetas mágicas» pero podíamos empezar por debatir y considerar lo planteado y a introducir en los planes estratégicos del turismo en León no solo objetivos cuantitativos (muchas veces «menos» (turistas) es «más» (rentable económica y socialmente sostenible)) sino como, ya se ha apuntado desde diversos organismos, también fijar objetivos cualitativos, (en especial la calidad y la satisfacción del turista) diseñando una oferta diversificada y diferenciada según los segmentos del mercado al que queramos captar. (Por ejemplo, no es lo mismo el colectivo de potenciales turistas que lo que desean es divertirse, comer y beber bien y de paso hacerse un selfie delante de la Catedral, San Isidoro o San Marcos, que aquellos que desean y prefieren un turismo cultural.

En definitiva, se trata de intentar distribuir espacial y temporalmente los flujos turísticos para evitar la saturación consiguiendo alargar el tiempo medio de estancia, incrementar el gasto medio por turista que nos visite y buscando la calidad y la satisfacción en la visita realizada, consiguiendo una armonía entre ciudadanos, turistas y entorno.