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AL DÍA Manuel Alcántara
León

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A ntes de poner limpia la casa, don Mariano, que tiene tiempo para todo, se ha ido a Nueva York para presidir la última sesión del mandato de España al frente del Consejo de Seguridad.

Como siempre defiende una resolución de mínimos, ya que es lo máximo que puede hacer en la crisis de lo que queda de la ciudad Alepo. La matanza en un mercado navideño de Berlín nos hace sospechar que vivimos en un manicomio con las puertas abiertas, donde sobran los divanes y escasean los psiquiatras que están en su sano juicio.

Hay quien cree que la locura se debe a un exceso de introspección, como en el caso de Nietzche, que era un genio, o a la absoluta falta de ella, como es el siniestro caso de ese policía turco de 22 años que ha matado a tiros al embajador ruso en Ankara, al grito de ‘¡Dios es grande!’. Siempre hay gente que quiere mejorar el mundo disminuyendo el número de sus habitantes.

Ahora se están equiparando los que quieren morir matando con los que desean matar muriendo. Cada vez hay más niños y más adolescentes que se suicidan y no todos lo hacen en defensa propia, antes de ser capturados por su impacientes verdugos.

Tampoco lo hacen por amor, sino por odio, que es una pasión generalmente más duradera en quienes se agarran a él sin ningún tipo de oportunidad a la duda. Ni por ruina económica abundan tanto las personas que se quitan de en medio, como las que dimiten irrevocablemente de la vida por miedo al futuro o por tedio.

Por eso se ha dicho que sobre la tumba de cada suicida debería abrirse una investigación a perpetuidad. Nunca sabremos los motivos del lobo que llevamos dentro, pero lo mejor es que no se escape.

Alemania se encontraba en alerta por posibles ataques terroristas en estos días donde la felicidad es obligatoria, o más o menos de carácter reglamentario.

Cioran, que se paso su angustiosa vida hablando del suicidio, no se suicidó nunca. Tenía armas literalmente a su alcance, pero se conformaba con mirarlas y pensar que las carga el diablo, que siempre tiene mucho tiempo libre. Más que Rajoy.