Diario de León
Publicado por
fuera de juego carlos frá
León

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E l aparcamiento es un bien escaso en las ciudades. Cuando se trazaron la mayoría de sus calles nadie pensaba en que llegarían unos artilugios de metal que lo invadirían todo. Pero la verdad es que los ciudadanos no usan sus coches en la mayoría de los casos por placer dentro de los cascos urbanos. Más bien es consecuencia de las necesidades de movilidad que se derivan de sus obligaciones laborales, familiares... Y en todo este proceso la posibilidad de aparcar es uno de los elementos que más condicionan la calidad de vida de una ciudad. Esa es la razón de ser —o al menos así se nos ha dicho hasta la saciedad— de la existencia de zonas ORA de aparcamiento de pago, para socializar las plazas y repartir entre todos un bien escaso que no debe ser acaparado por nadie.

En estos días navideños se hacen más evidentes que nunca las complicaciones que presenta una ciudad como León, con sus calles estrechas, para acoger un tráfico que se incrementa de manera importante. Y por ello hace tiempo que se inventó el concepto de aparcamiento disuasorio. Se invita al ciudadano a dirigir su vehículo a un lugar fuera del núcleo urbano duro, pero con una distancia razonable para continuar hacia el destino a pie.

La capital de la provincia tiene un espacio privilegiado que fue ideado con la apertura del nuevo barrio de Eras de Renueva. Su gran aparcamiento en superficie da servicio a quienes acuden a las instituciones de la ciudad, a sus comercios o incluso a su auditorio. Pero poco a poco se ha ido consolidando con una zona ‘valeparatodo’, hasta el punto de que se completan temporadas, como este pasado otoño, en el que la ‘campa multiusos’ apenas ha sido usada para el que era su fin, con el consiguiente perjuicio a toda la ciudadanía al complicar notablemente el tráfico.

Es verdad que hay eventos, como la reciente Cybercamp que merecen el sacrificio de todos por su relieve. Pero la ciudad tiene otro gran espacio asfaltado detrás del estadio de fútbol —por ejemplo— que sólo se usa una vez cada dos semanas —cuando la Cultural juega en casa— y por cierto cada vez con más éxito de aforo. El párking de Eras se ha convertido en el recurso fácil en el que cabe de todo, menos los coches. Facilitar una alternativa clara a dar vueltas por el centro a la espera de un sitio nos beneficia a todos. Quizá habría que pensar en hacer más...

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