EDITORIAL | Defensa valiente de quienes nos defienden
La Pascua Militar fue aprovechada por el rey Felipe VI y la ministra Dolores de Cospedal para poner de manifiesto las necesidades que tiene la defensa de España como garantía frente a las nuevas amenazas, especialmente con el terrorismo, esa «lacra» que es un «enemigo de la humanidad» que pone en riesgo a los ciudadanos y «desprecia los valores democráticos».
El monarca reclamó que se dote a las Fuerzas de Seguridad del Estado de los medios necesarios para que puedan realizar su labor con normalidad, afrontando un debate permanentemente abierto porque el gasto en defensa y policía siempre es impopular, y facilita la posibilidad de hacer demagogia obviando que detrás está la seguridad de todos, como estos últimos días se ha podido comprobar con los despliegues realizados para proteger las aglomeraciones de personas que se produjeron en Navidad y especialmente por las cabalgatas de los Reyes Magos. La defensa es imprescindible si cabe un poco más con la amenaza global a la que nadie es ajeno, como lamentablemente han comprobado en Berlín, Niza, París o Londres.
Y la duda sobre si la cicatería presupuestaria pone en juego vidas de quienes acuden a territorios para defender la paz debe servir para que cualquier debate se haga sin demagogias.