Diario de León
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panorama VICTORIA LAFORA
León

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L os arranques de año son una página abierta. Este, sin embargo, viene con las cartas marcadas y no precisamente de signos de optimismo. A poco más de diez días para que Donald Trump se mude a la Casa Blanca, crece la preocupación y la incertidumbre sobre la capacidad de las sólidas instituciones de la democracia americana para contrarrestar sus dislates. Los Obama se despiden recordando la riqueza multicultural de Estados Unidos y Biden le piden que madure mientras crece la inmigración antes de que consiga construir el muro con México. Y todavía no tiene el mando en plaza... Frente a esa imagen de cómic, del villano contra todos, aquí en España los hiperliderazgos están por los suelos. Los partidos que protagonizaron la Transición, e incluso los novísimos, van a vivir la «madre de todas las batallas» para dirimir quién y cómo se hace con el poder.

Incluso en el PP, donde la figura pétrea de Mariano Rajoy es incuestionable, las guerras intestinas se centran en la secretaria general, Dolores de Cospedal. Profundamente dañada por el caso Bárcenas, pretende asirse al cargo. Pero el fuego amigo llega desde el Gobierno y desde la sede de Génova 13. La versión de que son incompatibles ambos cargos y las filtraciones sobre los dineros de su marido salen de dentro. En cualquier, caso una minucia, si se compara con el enconamiento del PSOE donde la falta de liderazgo no se va a resolver hasta el verano.

¿Y qué decir de los nuevos? La incertidumbre les golpea de lleno casi antes de estrenarse como fuerzas transformadores de la realidad. Antes de cambiar España ya están teniendo problemas internos y, en el caso de Podemos, de gran alcance. Este año que comienza no sólo debe despejar la batalla por el liderazgo entre Iglesias y Errejón, sino la propia supervivencia de la formación morada. Poco cabe esperar en los próximos meses de su defensa de los oprimidos, desahuciados, etcétera. No van a poder ni acompañarles en las manifestaciones en la calle. La CUP también perdió, tiempo atrás, a su cara más combativa: Ada Colau, dedicada ahora a la sucesión en la presidencia de la Generalitat, reclamando adelanto electoral y preparándose, este año que comienza, a competir con Oriol Junqueras, desgastado por su pacto con el defenestrado Artur Más. Todo este relato se completaría con la incertidumbre europea donde Francia se debate entre la derecha dura y la extrema derecha y Alemania y el brexit ... Qué pereza

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