Causalidad

Nos habíamos abandonado con tanto gusto al efecto placebo de la Operación el Almendro, con la cual se llenaron durante dos semanas las calles leonesas de caras conocidas que volvían al pueblo por Navidad, que el timbre del colegio nos ha pillado de imprevisto. Como a traición, nos encontramos de pronto con el indicador demográfico que marca la salida de las clases en los centros escolares y el anuncio de que la provincia perderá 43 profesores para el próximo curso. No son recortes, que no haya miedo, como explicó el consejero de Educación, Fernando Rey, sino que «no hay docentes porque no hay niños», sobre todo en los pueblos, que es donde la escuela ha logrado aupar a la administración autonómica al podio del Informe Pisa. Lógico. Simple. Básico. Verificable por el principio de causalidad. Pero incompleto en el desarrollo que debería de haber continuado más allá. No hay niños porque no hay padres que los tengan. No hay padres que los tengan porque no hay empleo que les permita permanecer en el territorio. No hay empleo que les permita permanecer en el territorio porque no existen empresas suficientes que los generen. No existen empresas suficientes que los generen porque no se han creado las condiciones necesarias. No se han creado las condiciones necesarias porque no se han adoptado las políticas adecuadas. No se han adoptado las políticas adecuadas porque no se ha apostado por el desarrollo equitativo de todas las zonas de la comunidad. No se ha apostado por el desarrollo equitativo de todas las zonas de la comunidad porque no se han dado las mismas oportunidades a todas. No se han dado las mismas oportunidades a todas porque no se han repartido las inversiones estratégicas de manera proporcional. No se han repartido las inversiones estratégicas de manera proporcional porque no se han empleado los fondos en planificar unas infraestructuras de promoción económica en las mismas condiciones. No se han empleado los fondos en planificar unas infraestructuras de promoción económica en las mismas condiciones porque no se hubiera podido apostar por la concentración de poder alrededor de Valladolid y la dependencia colonial del resto...

El problema reside en que no hay niños, es cierto. Cómo no habíamos sido capaces de verlo hasta ahora.