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Publicado por
PANORAMA Julia Navarro
León

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N o sé por qué durante el mandato de la Administración Obama que termina este jueves 20 de enero, una de las mayores obsesiones ha sido colocar a Rusia en la lista de sus principales enemigos. Supongo que la respuesta está en los intereses estratégicos y económicos de Estados Unidos. No hay que olvidar que Occidente, o sea Estados Unidos y la UE no pueden presumir de mantener y haber mantenido un comportamiento ejemplar respecto a Rusia. Resulta cansino tener que recordar que Rusia permitió la caída del Muro de Berlín y que hubo un compromiso por parte de Occidente de que no tentaría a los antiguos países del Pacto de Varsovia a formar parte de la Otan, amen de que tampoco intentarían llevar su influencia hasta las fronteras rusas. Pero Occidente no cumplió y a los pocos meses ya estaba en negociaciones para llevar la Otan hasta la frontera rusa admitiendo en su seno a algunos de los antiguos países satélites de la URRSS. Por si fuera poco Occidente, léase Estados Unidos y la UE, decidieron apoyar por activa y pasiva el golpe contra el presidente de Ucrania Víctor Yanukovich porque éste se negaba a firmar un acuerdo con la UE y a «enfriar» las relaciones de su país con Rusia. Parlamentarios europeos y políticos norteamericanos se manifestaron en la plaza de Maidan tranquilamente junto a los opositores de Yanukovick. O sea lo nunca visto. Todo eso derivó en un enfrentamiento entre ucranianos y la decisión de Rusia de hacerse con Crimea, que por otra parte siempre había sido parte de Rusia.

El conflicto ucraniano le vino estupendamente a la industria armamentista occidental y sobre todo a los defensores de la Otan porque ya tenían el argumento perfecto para defender su supervivencia habida cuenta que sin «guerra fría» algunos países se cuestionaban su continuidad. O sea que bien se podría decir que donde las dan las toman y que Vladimir Putin desde entonces no ha dejado de hacer de las suyas y seguramente se ha empleado a fondo para fastidiar y desestabilizar la política estadounidense y la europea. Pero lo cierto es que en este juego de alta política todos son igual de perversos. Así que no me extraña que Rusia haya podido intervenir en las elecciones norteamericanas lo mismo que Estados Unidos intervino en el conflicto de Ucrania. En fin que hay muchos intereses de por medio para que volvamos a una nueva versión de «la guerra fría». Joe Biden se ha despedido señalando que el enemigo es Rusia. Casi nada.