Potencias del eje
D Dentro de 40 años, cuando la CIA desclasifique el próximo paquete de documentos de espionaje sobre León, ceñidos a la intrahistoria de la época en la que vivimos, quizá podamos entretenernos en ver cómo la Junta se ha empeñado en deformar el mapa para hacer que el corredor Atlántico, vía logística de desarrollo, se desplace al sur para pasar por Salamanca, Valladolid, Burgos e Irún. La plomada tiene que tener truco para que se descuadre, como han alertado esta semana las empresarios del lobby del noroeste ante el agravio inversor en infraestructuras y la necesidad de ponerse ante el objetivo de los fondos del mecanismo Conectar Europa. La oferta para que la tierra leonesa tenga una fachada al Cantábrico reúne a las patronales de Galicia, Asturias, Cantabria e incluso de León, forzada después de dos años de reivindicaciones a integrarse en el lobby para que no se les caiga la cara de vergüenza a sus responsables, pero sin molestar mucho a la administración autonómica, que luego hay que depender de ella para mantenerse en el tinglado. Nada que no hayamos visto otras veces. Apenas marcar, como esos boxeadores que pactan los golpes en los guantes del contrario, dispuestos a dejarse ir en el último asalto a la lona para que nadie les reproche el tongo.
Para aplacar la arremetida, la Junta ha puesto en circulación un unicornio con el que enmascarar su intención. El nuevo animal mitológico lo embridó esta semana el consejero de Fomento, Juan Carlos Suarez Quiñones, con el argumento de que León tiene su desarrollo logístico dentro del Protocolo de Aveiro, que establece la conexión por otros ejes mediante «capilaridad». No hay como redefinir palabras para para crear un nuevo concepto de realidad, algo que los modernos llaman posverdad y que aquí hace años que nos recetan con colonoscopia. Otra píldora más a tragar, como el encargo de un estudio a la carta en el que se justifique que no hay demanda empresarial suficiente para la plataforma logística de Torneros. Para corroborarlo, ahí queda la previsión de crecimiento económico en 2017 en la que se consagran las potencia del eje, Valladolid y Burgos, y dejan a León como la última de la cola.
La representación de la tierra, redonda, sobre un mapa en dos dimensiones, es compleja y deforma la realidad. Ya lo advertía un cartógrafo a los asesores del Pentágono en uno de los capítulos de El ala oeste de la Casa Blanca : «Nada está donde debe». La Junta se ha puesto a arreglarlo.