cartas al director
Mon-Toro
P opular se ha hecho el personaje, al mando de la cartera de Hacienda del Gobierno. Y no es cuestión de quitarle algún mérito al susodicho, que alguno tiene a la hora de que se recuperase la situación de nuestra economía con tan larga y duradera crisis de por medio. Pero los que sacamos el país adelante siempre somos los mismos, los autónomos, y la pequeña y mediana empresa. Soportamos una fuerte presión fiscal, hay muchos no pudieron resistir la crisis, y otros muchos caeremos por desgracia en los próximos meses.
Quieren que emprendamos, pero la burocracia es tan brutal que acaban con la paciencia de cualquiera. Con sus trabas y zancadillas, y con la escasa ayuda financiera, hacen prácticamente imposible el salir adelante en un Estado dónde hay que mantener a tanta población jubilada y a tantos parados por obligación, y otros parados por sinvergüenzas, que también abundan por desgracia.
El alto impuesto del IRPF y las cuotas de la seguridad social son las más altas de Europa.
Como dice una conocida campaña publicitaria de una multinacional de seguros, muchos autónomos piensan que una baja es una señora pequeña. La mayor parte de los autónomos jamás coge una baja porque no se lo puede permitir, su sustento y el de su familia dependen de él, qué diferencia con los asalariados, ¿verdad? La nueva ley que entró con efecto el 1 de enero del 2017 prohibirá los pagos aplazados del IVA que muchísimos autónomos y empresas utilizábamos para poder disponer de un poco más de maniobra financiera y disponibilidad económica. Un duro golpe, la estocada final de este sistema político que sigue alimentando estómagos agradecidos y sigue sin tocar por puro interés político la vergüenza de las peonadas en el sur de España, alimentando a miles y miles de personas que no saben pronunciar el verbo trabajar en primera persona y la excesiva cantidad de funcionarios de que disponemos, con todo respeto hacia los que lo han ganado por oposición y con mérito, pero es que hay muchísimo enchufado que no sólo no sabe hacer la ‘o’ con un canuto, es que además se permiten el vacilarnos y darnos lecciones.
Mas modestia y bajar a la tierra, estar con la gente, vivir con ella y sus problemas es lo que le hace falta a una clase política de la que casi nadie se salva.
A seguir sufriendo…
Carlos Carrera García.
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