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Publicado por
AL DÍA Fermín Bocos
León

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Q ué sería de nuestros políticos sin los eufemismos¡ Son pocos los que se atreven a decir con claridad lo que piensan sin buscar refugio en las fórmulas ambiguas que ofrece el lenguaje para disimular cuando a uno no le conviene mojarse. Sí uno escucha al presidente del Gobierno cuando dice que no le gustan «ni las fronteras ni los muros», podría pensar que se encontraba de viaje en Berlín y hablaba del famoso Muro. Sin embargo, Mariano Rajoy, a su manera y en su estilo, tan dado a atenuar las ideas no se sabe sí para no ofender o para rendir tributo a Metis, la diosa de la prudencia, en realidad contestaba a una pregunta sobre las polémicas órdenes ejecutivas de Donald Trump que afectan a los refugiados.

El señor Rajoy no está solo en el culto al eufemismo. Sin ir más lejos, Artur Mas, en capilla ante los tribunales (6 de febrero) sigue reclamando el «derecho a decidir», expresión ideada para intentar atenuar la idea que cobija: el «derecho de autodeterminación», figura legal reconocida en el Derecho internacional y en los tratados de las Naciones Unidas a los pueblos en vías de descolonización. Que no es el caso de Cataluña. En la misma estela de búsqueda de una cortina de humo tras la que ocultar la transgresión del ordenamiento jurídico actual hablan de «consulta participativa» para referirse al referéndum ilegal desarrollado el día 9 de Noviembre de 2014 por el que será juzgado el mencionado Artur Mas y dos de sus consejeras. El eufemismo forma parte del arte del disimulo. Las batallas también se dan en el lenguaje.

Por aludir a otro precio en el que se constata el naufragio del habla coloquial, volvemos a Mariano Rajoy para escucharle decir que hace suyas las palabras de la ministra de Defensa (Dolores de Cospedal) cuando dijo aquello de que «pedía perdón en nombre del «Estado» a los familiares de las víctimas del Yak-42. Está claro que cuando aludió al Estado, eludió hablar del «Gobierno». El Estado como sinónimo de país o de nación o de comunidad social con una organización política y un territorio común, refiere y concierne a todos los españoles. Gobierno solo era el que presidía el señor José María Aznar cuando acaeció aquella tragedia que es opinión generalizada que pudo ser evitada. Y por la que debieron pedir perdón. Con humildad y claridad. Sin eufemismos.