cartas al director
Que dice... el señor alcalde...
T odo va bien. ¡Ha vuelto la estabilidad! Nos dicen, nos repiten hasta la saciedad. Desde el Gobierno Central, desde el autonómico y llegando al municipal, y así, todo está ‘como Dios manda’. Dicen que si algo se repite mucho, termina siendo verdad; pero no es cierto, lo cierto es que la gente termina creyéndoselo aunque sea una gran mentira. ¿O quizás no tanto?
Que la estabilidad es buena para gobernar sólo se lo cree el que ostenta el gobierno, para bien o para mal. La estabilidad no es garante de nada cuando no se consigue con el diálogo y buenas prácticas. Les gusta mucho a las dictaduras la «estabilidad» como imagen metafórica de que pueden decidir, mandar y gobernar a su antojo cuando lo hacen en mayoría absoluta, sin dejar al resto ni rechistar. Pero habría que pensar si eso es bueno para la gente de a pie, para vecinos y vecinas que ven como se les recorta en sanidad, en educación, en movilidad...en vida y en dignidad, y no les dejan ni eso, ni rechistar.
Debería darnos miedo cuando algunos hablan de estabilidad de gobierno como algo positivo, y más cuando ésta se utiliza para callar voces, iniciativas y opiniones, y tener lejos a los «otros» para poder gobernar con decretazos. La dinámica es no dar ni una sola oportunidad al «enemigo», racaneando un expediente si éste nos perjudica. Lamentable es esa estabilidad, que ansía tener el apoyo suficiente para no poder ser fiscalizado, ni controlado, ni discutido... La estabilidad que se consigue a golpe de retribuciones utilizando el dinero de todos, resulta nefasta para el bien común y llega, en nuestro municipio, a aglutinar hasta 4 partidos para medrar libremente (Villaquilambre: PP, UPyD, UPL y 1 ex-rebelde expulsado de Ciudadanos). Pues no, no es lo que la gente ha expresado en las urnas. Esa píldora no nos la vamos a tragar.
Cuánto más pide la gente participación en la vida política, social y cultural de su municipio, más trabas se ponen y más dinero se gasta en cosas que nadie ha pedido, al menos nadie de la ciudadanía. Son gestores funambulistas que dedican cientos de miles de euros a campos de hockey donde a la gente le gusta el frontón; apoyo económico para mediocres pistas de padel para cuatro aficionados, dejando en pésimas condiciones el mantenimiento de piscinas que utiliza desde el bebé a la abuela; un consistorio de 5,5 millones de euros, donde no hay cabida para todos los representantes elegidos en las urnas; alamedas, donde se caen las aceras a pedazos y los baches ya son socavones; ampliación de un colegio que lleva años diciendo a gritos que está desbordado; un centro para personas mayores terminado (y bien equipado en El Corte Inglés) pero sin mayores ni quien los atienda. Pero todo va bien, según dice el alcalde, su partido, el popular, y sus allegados.
Y una y otra vez, nos hablan, a través de sus «voceros» de grandes logros conseguidos ¿En qué año? Porque algunas de estas cosas ya le han servido como gancho a más de un gobierno municipal, tanto que hacen copia y pega en cada programa electoral desde tiempos inmemorables. Son un elenco de facedores de «chichinabo», incapaces de asumir la gestión municipal de servicios de interés general, como la basura y limpieza, para no lidiar con el personal.
La participación ciudadana, las ayudas energéticas y sociales, el transporte público, los consultorios médicos, la educación, la seguridad vial, la puesta en valor de nuestro patrimonio cultural y ecológico; a esos asuntos, dedican una mínima parte de su interés y de «sus» presupuestos, ahora los del 2016. Lo importante son las abultadas retribuciones de los concejales y concejalas del equipo de gobierno y...la deuda, sí: esa deuda de la que la gente no es responsable, esa sí que hay que pagarla, esclavos somos de ella, sin poder mostrar nuestra disconformidad sin que nos traten de locos irresponsables.
No, nada va bien, señor alcalde, señor presidente de las Cortes, señor presidente del Gobierno, y por mucho que ustedes pretendan crear mundos ilusorios, la realidad nos golpea todos los días y es el respirar de las personas que la sufren.
¿Qué dice? Que diga...
Elena Fernández Honrado. COncejal y Portavoz de IU Villaquilambre en Común