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León

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Qué inteligentes nos parecen los que piensan como nosotros! La enseñanza me la descubrió un amigo del que no suelo diferir mucho en mis planteamientos y que siempre me ha parecido de las personas más lúcidas que conozco, aunque ahora que lo pienso no sé bien en qué orden debería colocar los factores para que el sentido de la frase no me pille en un renuncio. Desde el inconsciente, que es el que maneja la máquina, la máxima nos permite simplificar la interpretación del mundo, tejer redes de afinidades en las que sentirnos cómodos, escoger sin mayor esfuerzo cuál es nuestro bando para alistarnos entre los buenos y enfrentar a los contrarios como los malos, construir los razonamientos con apenas dos ideas prendidas al robo como las truchas con el anzuelo al tirar la caña y, poco a poco, dejarnos ir en la marea sin necesidad de cuestionarnos mucho las cosas. Es más fácil, más rápido y más limpio. No hay que pensar, que ya resulta un alivio, y evitamos equivocarnos. Dentro del marco estamos seguros. Para qué vamos a salir fuera.

La delegación del pensamiento crítico se alinea en los muros de las redes sociales donde aplaudimos a los nuestros y acribillamos a los demás, en los periódicos donde encontramos el reflejo de lo que queremos leer, en las radios que dicen lo que deseamos oír y en las teles donde aparecen las imágenes con las que construimos nuestro relato. Si no cabe ahí, la teoría de la conspiración da manija para todo tipo de explicaciones sobre los intereses bastardos, el apesebramiento y la indignidad de quien expone lo contrario a lo que pensamos. Siempre manipulan los demás y, en caso de que lo hagamos nosotros, sólo es para defendernos de cómo lo hacen ellos; un tuit rápido en el que enfrentamos dos fotos sin contextualizar; un vídeo viral en el que editamos la parte que nos interesa. El impulso de la retroalimentación de nuestras ideas nos permite arracimarnos, formar manada y terminar en jauría. No hace falta más porque el debate se envuelve en lo emocional, donde los datos y los hechos son secundarios, y cualquier postura se coloca con solvencia por encima de las que nos encuentran ajenos. No estoy muy seguro de estar acertado, esta vez tampoco. Voy a alejarme un poco del ruido para escuchar a los que ahora me parecen menos inteligentes que yo, antes de ir al grano.

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