TRIBUNA
Los congresos han terminado ¿y..?
S eguramente son las ganas que se tienen de que las cosas comiencen a ir como todos deseamos, pero pienso que siempre estamos pendientes de algo que, de solucionarse, se verán arreglados muchos de los problemas que acucian a nuestra sufridora sociedad. Estábamos todos, es un decir, expectantes para conocer cuales iban a ser los resultados de los congresos anunciados para el fin de semana del 11-12 de febrero. ¿Qué ha ocurrido por fin?
Podemos maquillarlo si nos sentimos más felices por ello pero está claro, como reza el viejo axioma político, que se ha movido mucho para que todo siga igual. Es así de cierto. Lo admitamos o no. Pero nos pierden las ganas que tenemos, en el fondo, de cambio. De que muchas cosas comiencen a ser distintas y se note.
El PP y Podemos, han decidido reunirse con ellos mismos, de forma masiva en eso que llaman Congreso, y, que ya digo, suele consistir en hacer mucho ruido para que no cambie nada pero que nos creamos que sí. Que cambia.
Ambos partidos, re reunían con mucho lastre en sus bodegas y la duda sobre los resultados, flotaba en el ambiente. El PP y el ya cansino pero dramático tema de la corrupción que vaya usted a saber cuando se librarán de el y Podemos, con el espectáculo que nos han estado ofreciendo durante las últimas semanas, sus dos líderes más notables, con ese combate ideológico y de palabras.
Y, al final ¿qué? Permítanme que les diga que al final «na». Siempre desde el punto de vista de lo ocurrido en esas reuniones multitudinarias donde todo es maravilloso, donde nos cedemos el paso y donde nos damos palmaditas sonriendo. Pues eso.
El PP, ensalza un poco más a su líder que, está claro, hace y deshace en el partido. Y Podemos, deja clara la preferencia de sus votos por Iglesias en detrimento de Errejón. Repito que eso son los resultados de los respectivos Congresos. Ahora veremos como responde la calle. Esa es la verdadera prueba.
No está atravesando España una situación cómoda para el tema de trabajo, nuestro verdadero tendón de Aquiles. Dicen que la economía va bien. Sobre todo la alta economía. Pero ¿qué piensa de verdad la Sra. María o el Sr. Manolo, cuando ellos vive su situación de no llegar a fin de mes? ¿Y el mucho más que becario, vamos el verdadero Senior, que es un completo mileurista?. Bien es cierto que después de haber estudiado una carrera de cinco años. ¿Cómo se le pone la cara a ese currante cuando oye al ministro De Guindos decir que la Economía va bien y que nuestro crecimiento, el del país, es superior a 3 puntos? ¿Pues como va a estar? Lo que en Román Paladín viene a estar jodido.
Y nuestros políticos, ¿qué tal? ¿Los vemos de verdad con talento para llevar a cabo lo necesario para salir de donde estamos y llegar, ya de una vez, a la situación desde la que se ven las cosas de otra forma? Desde luego, hasta ahora, ¡no! Se pasan la vida, en términos generales, claro, arreglando ¡sus! temas, no los nuestros. Y ese no es el camino. Lo saben pero continúan haciendo lo mismo.
Un país marcha hacia adelante cuando los ciudadanos confían de verdad en sus dirigentes. Confiar quiere decir tener confianza en ellos, en que van a solucionar los problemas porque saben cómo. Y no tengo muy claro que esa confianza exista. Ellos, los políticos, creen que sí. Pero nosotros, los ciudadanos, creemos que no. La solución está en ponernos de acuerdo las dos partes y eso quiere decir, entendernos, para que las soluciones surjan espontáneas.
Nada importante se consigue sin esfuerzo y este tema es muy importante para nuestro país. Se trata de nuestros dirigentes, de los serios, no de los golfos que se lo han llevado y que, a juzgar por lo vivido, no están dispuestos a devolverlo. Ni de coña.
Y eso no puede ser. Piábamos por la democracia, se nos llenaba la boca y ahora, que la tenemos, ¿qué tal? ¿no nos da vergüenza? Pues así no vamos a ningún lado. Por muchos congresos que hagan los partidos. Sí, los hacen. Ahí están. ¿Y?