Diario de León
Publicado por
EL CORRO PEDRO VICENTE
León

Creado:

Actualizado:

P or las razones que sean, sobre las que había mucho que analizar, el Partido Popular no solamente sigue siendo el más votado en España, sino que su número de afiliados es abrumadoramente superior al del resto de las formaciones políticas. Castilla y León no es una excepción. El censo manejado para el congreso autonómico en marcha se sitúa en torno a los 48.000, casi cinco veces más de los que tiene declarados el PSOE.

El desprestigio de la política en general, y los sucesivos escándalos en los que se ha visto envuelto el partido en particular, pasaron una elevada factura electoral al PP, que en diciembre de 2015 perdió casi la tercera parte de los votos cosechados en 2011. Pero no diezmaron su militancia, que se ha mantenido prácticamente tal cual sin deserciones en sus bases y cuadros. La fidelidad del afiliado del PP es realmente prodigiosa. Y no vale el argumento de que el poder lo cura todo, ya que los ocho años de Gobierno de Zapatero constituyeron una larga travesía del desierto superada sin merma de efectivos.

La pregunta es hasta qué punto esa fidelidad a prueba de bomba es también sinónimo de conformidad y docilidad ante un aparato del partido que ha hecho y deshecho siempre sin contar con las bases. A partir de ahora hay ocasión de comprobarlo. El sistema de primarias a doble vuelta aprobado en el pasado congreso nacional es perfectamente homologable al del resto de los partidos, incluso más garantista que el de algunos que pretenden pasar por campeones de la democracia interna.

Con tan solo el aval de otros 90 afiliados, cualquier militante del PP puede presentarse, sin ir más lejos, a la presidencia del partido en Castilla y León.

Los 48.000 afiliados tienen la opción de votar en urna y en secreto al candidato que prefieran. Así de sencillo. Siempre y cuando, claro está, que se presente más de un candidato. Que es donde estriba la dificultad, ya que, salvo el caso de algún outsider como el que le ha salido a Cospedal en Castilla-La Mancha, los potenciales aspirantes con posibilidades siguen anclados en la cultura de no arriesgarse a dar un paso sin el beneplácito del aparato.

Este ensayo de democracia interna en el PP resultará frustrante si al final concurre un solo candidato y ungido por el aparato. Estaríamos ante el típico plato de lentejas (uno de verdad, no el que se ha sacado de la manga Fernando Martín Maillo para justificar el incumplimiento de los compromisos firmados por el PP con Ciudadanos).

tracking