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Publicado por
Andrés Mures Quintana analista político y experto en Relaciones Internacionales
León

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L os que conocemos a Toño Silván hace muchos años, cuando era un simple abogado ejerciente en el despacho de un amigo, sabemos que es un tipo afable, simpático y del que puede uno incluso fiarse, a pesar de ser un político al uso con espolones, en virtud de una dilatadísima carrera sustanciada prácticamente en su totalidad en la ciudad del Pisuerga y a la sombra (o a los pechos, como dijo el otro día su mentor) de Juan Vicente Herrera. Bien es cierto, que los primeros pasos de Silván, junto a su colega del alma Javier G. Prieto, fueron de la mano de la entonces todopoderosa consejera de Economía y Hacienda, la difunta Isabel Carrasco. Con el correr de los años, aquella sintonía se esfumó, y Silván y su cuadrilla, García Prieto, Majo, Paco Castañón, y anteriormente Pano Elías y Moncho Ferrero, fueron diana de las iras incontenidas de la señora Carrasco, ya afincada en la capital leonesa como presidenta del partido y de la Diputación Provincial.

El destino, sabido es, marca destinos diferentes para unos y otros. Pano y Ferrero, junto con Avelinín Vázquez (entonces alcalde de San Justo de la Vega) fueron literalmente laminados por la presidenta. Ellos, (Pano y Ferrero, alcaldes respectivos de Riello y Santa María del Páramo) fueron durante bastantes años los hacedores solemnes de la Diputación. A pesar de ser mandatarios omnímodos en muchos aspectos, puede decirse que no lo hicieron mal. A Moncho le sacaron malas películas a cuenta de contratos del gas-oil para calefacciones de instituciones dependientes de la Diputación, y Pano vio su poder coartado por fichajes un tanto extemporáneos que hizo la presidenta en los primeros meses de mandato y, que finalmente terminaron por crear un clima insano e irrespirable en la primera institución provincial. Entonces, ni tan siquiera los prebostes de Valladolid (incluido Silván, ya aupado a los laureles de consejero) supieron o quisieron hacer nada para impedir tanto desmán. Luego, todos sabemos que las cosas se torcieron de mala manera.

A Silván (un tipo honesto sin duda) le he visto actuaciones donde su talante de diálogo y mano tendida, unido a una simpatía natural nada desdeñable, ha desatascado episodios harto complicados. Recuerdo, siendo yo aún cargo público del Partido Popular, el día de la inauguración de la carretera de Astorga a Riello (años 2008-2009, más o menos), como el amigo Toño, en calidad de consejero de Infraestructuras o similar, disolvió una manifestación que se había formado, cerrando la carretera a la altura de Villamejil. Fue una actuación sublime y que hasta los sociatas de entonces, no aplaudieron (claro está), pero incluso le concedieron el don de la benevolencia. Luego el amigo Pano nos dio un espléndido convite de merienda-cena en su pueblo.

El contendiente de Salamanca no es manco. Tiene el aparato del partido genovés a su favor, ya que el delfín Maistóteles que Mariano se trajo de Zamora, boga a su favor. Parece que las pocas simpatías que Herrera despierta en la pequeña amiga de Oriol Junqueras, o en la generala Cospedal, no serían acicates favorecedores de la candidatura de nuestro paisano. No obstante, hay que tener la fe despierta y el ánimo a punto. A ver los del Pisuerga qué ritmo toman, pues no en vano los de Pucela inclinarán la balanza. Toño es allí bien querido, a pesar de ser leonés de rancio abolengo. Ello demuestra que hizo bien las cosas para que los paisanos de Zorrilla, aunque no le den abrazos fraternales henchidos de cariño, sí le otorguen beneplácito de simpatía y amistad.

Creo que los leoneses nos tenemos que congratular de tener gente como Toño Silván al frente de los asuntos públicos de cada día; al menos contrarresta otros ejemplos mucho menos edificantes que también nos tocan por cercanía y paisanaje. Muchos somos los que le deseamos que se lleve el gato al agua. Estoy absolutamente seguro (y sé por qué lo digo), que el patriarca Herrera también se llevará un alegrón, aunque sea interior, dada la cautela que suele esgrimir el actual Presidente.

Toño ‘Virila’ dejó huella de persona buena entre sus compañeros de banco de los Maristas. Algunos me lo han confiado personalmente. También entre sus colegas de las aulas de la Facultad de Derecho. Le deseamos toda la suerte del mundo en este reto personal que también nos importa a los leoneses, sobre todo pensando en el futuro inmediato.