TRIBUNA
El párking de Santa Nonia
H ace apenas dos meses la Diputación de León notificó la finalización de la explotación del párking de Santa Nonia a la cooperativa que lo venía gestionando en situación de precario, creándose una legítima inquietud entre sus componentes que ven peligrar sus puestos de trabajo.
El párking de Santa Nonia se ubica en el solar del antiguo hospicio, una vez que el Servicio de Menores de la Diputación pasara al complejo de San Cayetano, en la carretera de Carbajal, y de que en un extremo se construyera el Conservatorio Profesional y al lado, el edificio de Correos, sobre proyecto de Alejandro de la Sota. La Diputación había cambiado su solar por la antigua sede de Correos, el Torreón, en la plaza de la Catedral, para alojar los Servicios Sociales de la Diputación.
Las competencias de la Diputación vienen recogidas en la Ley de Bases de Régimen Local y la Ley de Competencias de la Junta de Castilla y León, y se pueden resumir en competencias propias o delegadas, y actuaciones complementarias en ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes y en ello debe utilizar sus recursos. Insisto en esto porque no hace mucho he leído que un dirigente político local proponía crear un párking de autobuses de León. Es lo que tiene tirar con pólvora ajena. La gente se viene arriba.
Cuando yo llegué a la Diputación en 1987, la Junta de Castilla y León delegó los Servicios Sociales Básicos a las diputaciones y ayuntamientos de más de 20.000 habitantes, y en julio del 1988 se dictó en Galicia una de las primeras sentencias por prevaricación (cohecho) en la España democrática. Se complementaría con la Ley Orgánica 10/1995 sobre el delito de prevaricación.
Con este marco legal, los Serviciales de la Diputación decidimos crear en el solar del antiguo hospicio un aparcamiento de vehículos, cediendo la explotación en precario a un grupo de personas en grave situación de exclusión social.
Se conformó una cooperativa que la integraban: dos hermanas del Bierzo que procedían del Programa de Menores de San Cayetano, un muchacho con discapacidad auditiva de La Bañeza y del antiguo ‘Colegio de Sordos’ de Astorga, una señora de la ‘Casa Refugio para Mujeres Maltratadas’ de la Diputación y tres personas con distintas discapacidades físicas.
A lo largo de estos años, creo que alguno ha fallecido, varios se han jubilado y una de las hermanas se casó y dejó la cooperativa, pero en todo caso, los nuevos integrantes fueron elegidos con arreglo a las mismas bases iniciales.
En este tiempo el solar se ha ofertado a distintas instituciones, la penúltima a la Dirección de Museos y Bibliotecas para una nueva ubicación del Museo de León, que desde el siglo XIX daba tumbos por diferentes sedes. La operación no cuajó, pero sí compró a la Diputación el edificio Pallarés, donde el Dr. Grau y su equipo han desarrollado un pequeño pero interesante Museo Provincial.
Después de 29 años dando trabajo a colectivos especialmente vulnerables se puede concluir que el aparcamiento de Santa Nonia, desde una perspectiva social, ha sido un acierto. Sin embargo, en estos tiempos de penuria económica o indigencia intelectual, hay quien trata a estas personas con una hostilidad impropia llamándoles «aprovechados» y «jetas» y sembrando miseria moral a su alrededor.
No entendemos esta violencia inusitada. Ellos saben que han de dejar el aparcamiento si se cumplen las premisas que encierra el régimen de precario, y por otra parte, algunos pensamos, en términos marxianos, que se les ha dado según sus necesidades y ellos han devuelto según sus capacidades.
Y por último pediría a las instituciones, Ayuntamiento y Diputación, que supuestamente están negociando, que incorporen a las conversaciones a los equipos de Acción Social, pues al definir las nuevas utilidades del solar estará también en liza el futuro de estas personas encuadradas en los grupos con problemas de exclusión social.