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JOSÉ MARÍA PRIETO SERRA ESCRITOR Y EXPERTO EN MÁRKETING Y COMUNICACIÓN
León

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H a habido tantas definiciones sobre nosotros los españoles, que se acaba el repertorio. Estas definiciones suelen saltar a la palestra siempre que ocurren episodios, acontecimientos, que hacen que nuestras neuronas se revolucionen y entonces aparecen esas definiciones.

Lo cierto es que da la sensación que necesitamos de esos acontecimientos para que nos regodeemos en nosotros mismos comentándolo pero, como siempre, de soluciones, nada de nada. Y eso es lo peor y lo que al cabo del tiempo nos define, entre otras cosas como un país de tontos, como poco.

Ahora, todo el mundo comenta y, repito, se regodea, de dos acontecimientos que, a la espera de que aparezcan otros, pues nos va valiendo. ¡Que desgracia Dios mío!.

¿Recuerdan aquel personaje, tímido él, prudente él, pelota él, ex ministro él, casi mudito él y con aspecto de mosquita muerta él? Pues ¡joder con el personaje!. Resulta que mientras fue presidente él de Caixa Catalunya, después de ser ministro de defensa de España, se produjeron allí, en Caixa Catalunya una serie de movimientos financieros como consecuencia de los cuales desaparecieron, se esfumaron, se desviaron o vaya vd. a saber qué, y se produjo un perjuicio de 720 millones de euros.

¿Qué quien pagará ese desaguisado al final? Hombre, no sea usted inocente a estas alturas. Todo eso y lo que venga, que vendrá, lo vamos a pagar usted y yo y el de al lado. Ellos, los verdaderos responsables, NO. Nunca ocurrió, y de seguir así, nunca ocurrirá.

La Audiencia Nacional ha abierto una investigación por un presunto delito (ya estamos con la palabra presunto) de administración desleal. Aún no se conoce fecha para que se produzcan las declaraciones de los imputados, 13 personas, más el presidente y vicepresidente de Caixa Catalunya. Algunos de estos imputados eran miembros de la Inmobiliaria Procam y ya sabe usted que cuando se habla de imputados unidos a una Inmobiliaria, algo huele mal en Dinamarca.

No falla. Haga usted memoria y me dará la razón en lo que digo. Nuestro extenso y más que real refranero español, tiene siempre un tema alusivo a cualquier acontecimiento que ocurra. Y además que el refranero no miente. Le pasa lo que al algodón. Reza el dicho popular, «Si quieres conocer al españolito, dale un carguito».

Se podrá decir más alto pero no más claro. Toda esta gente que en un momento determinado de su vida comenten acciones que, solían reprochar con dureza cuando no ostentaban el poder, cuando eran oposición, provienen de un carguito que consiguieron y, una vez en el carguito, han demostrado su verdadero pelaje.

De todos modos nuestras espaldas, las espaldas de los españoles, aguantan ni se sabe. Parece que tenemos vocación de porteadores, ahora que tan de moda está la estiba, que esa es otra. Vaya con la multita que también tendremos que pagar usted y yo.

Por eso digo que coleccionamos definiciones sobre nosotros pero que las tenemos muy merecidas. Las ganamos a pulso. Incluso grandes escritores, como Pérez Reverte, no duda ni un segundo en calificar al español, él incluido, como tontos de toda tontería. Quiero recordar que incluso emplea la palabra gilipollas. Así está la cosa.

Me llama la atención, lo poco que llama la atención el conocimiento de episodios como el de Caixa Catalunya. Nadie protesta con temperamento, haciendo ruido que avergüence a los implicados en el caso de que tengan vergüenza. Pues así está nuestro panorama en el caso Caixa Cataluña.

Pero, ¿qué me dicen de la que se ha liado con la declaración de el coletas queriendo que la Tve2, no retransmita la misa de los domingos? ¿Nos lo tomamos en serio o la liamos parda a este individuo y a la madre que le parió?

¿No les digo yo que somos, en líneas generales, tontos? Este caso debe tener un tratamiento a parte por que clama al cielo, nunca mejor dicho. ¡Qué manía ha tenido, tiene y tendrá la izquierda carca y cutre con la iglesia en nuestro país! Es una obsesión de la que son incapaces de desprenderse, claro está, generación tras generación. Todo el mundo está tranquilo, dentro de lo que cabe, intentando solucionar el día a día que bastante duro es, y aparecen estos teólogos a dar lecciones sobre si la televisión pública debe o no debe retransmitir la Santa misa. Le digo a vd. señor guardia …..

Ah, se me había olvidado, el ex presidente él de Caixa Catalunya, se llama Narcís Serra, quien lideró, presuntamente claro, ese agujero de 720 millones de euros. Y además, toca el piano. A ver como termina todo esto. Porque empezar, ha empezado mal.

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