EDITORIAL | El Mercado del Conde necesita ya un plan de recuperación de la actividad
El Ayuntamiento de León va a intentar una vez más revitalizar el Mercado del Conde Luna sacando a concurso la adjudicación de los puestos vacíos, ofreciendo ahora la posibilidad de que puedan acceder a ellos quienes ya tienen otro. Es la enésima tentativa en este sentido de los sucesivos gobiernos municipales y sin embargo no se ha avanzado más allá de la restauración de la fachada de este edificio del año 1929, estrechamente vinculado a la historia de la ciudad y que, sin embargo, ha pasado por momentos de absoluto abandono.
La plaza de abastos se muere un poco cada día: uno de cada tres puestos se encuentra vacío. De seguir así, las jubilaciones y la falta de relevo generacional no pueden hacer más que empeorar la situación, porque además las condiciones de adjudicación no son precisamente atractivas. En esa situación los vendedores culpan al gobierno municipal —en cierto modo con razón, porque en algún tiempo y en determinadas circunstancias económicas las tarifas eran inasumibles— y éste no olvida que los sucesivos concursos para la adjudicación de los espacios quedaron desiertos. Y el plan de reactivación mediante la apertura de gastrobares —una idea que, por ejemplo, ha desarrollado Ponferrada— nunca llegó a concretarse.
Aunque fueron fondos europeos, León gastó una suma importante en la rehabilitación de la plaza de abastos y efectivamente lo convirtió en un espacio más que digno en una ubicación realmente privilegiada. El Mercado del Conde siempre fue un punto de encuentro y un espacio entrañable. Y debe volver a ser, dentro de las posibilidades que marcan los nuevos tiempos, un centro neurálgico del comercio tradicional —no sólo dentro, sino también en el entorno— como actividad genuina que lo fomente y lo relacione con lo que fue y debe seguir siendo.
