SEGURIDAD Y DERECHOS HUMANOS ?ARTURO PEREIRA?
Un complot contra la violencia de género
E dita Fernández es toda una mujer. Comprometida en combatir la violencia de género, marca un estilo muy personal en su lucha por la dignidad de las mujeres. Año tras año se encarga de organizar el certamen poético internacional titulado Grito de Mujer. Se trata de un encuentro de mujeres poetas de todos los rincones del planeta que regalan su poesía a quienes las quieran escuchar con el único mensaje de que las mujeres no se merecen discriminación ni maltrato, sino el reconocimiento de la dignidad inherente a todo ser humano.
Son muchas voces femeninas, e incluso algún hombre, quienes intentan a través de la poesía expresar los sentimientos de sufrimiento y amargura frente a la discriminación de sexos. Una poesía con el denominador común del desasosiego implorante de una rebeldía contra algo que no es racional, e incluso me atrevería a decir que es contra natura.
Afirmo esto basándome en el simple hecho de que entiendo que el hombre y mujer son partes interdependientes de un todo. No puede existir el uno sin la otra y viceversa. Quizás la amnesia de esta realidad, tan simple y tan esencial sea una de las causas del maltrato a la mujer.
Conocí a Edita hace muchos años, en la adolescencia. Siempre fue una mujer especialmente sensible a todo sentimiento que implicara sutilidad. Tenía y tiene el don de captar y atrapar lo que de sublime tiene la vida cotidiana, cosa reservada exclusivamente para aquellos que tienen la singularidad de penetrar en el mundo de la poesía de la mano de su escritura.
La condición de ella y del resto de poetisas, y de algún poeta insisto, aporta un valor añadido a la lucha por la igualdad. Lo hacen precisamente partiendo de la consideración del hombre y mujer como iguales, sin privilegios, sin barreras, sino como suma y corresponsabilidad solidaria y voluntariamente aceptada.
Deduzco de los poemas que escucho a estas valientes que la vida no les ha sido fácil, a muchas de ellas al menos, en su relación con los hombres. Ellos se lo pierden. Me resulta difícil entender como mujeres con esta sensibilidad y capacidad artística, humana y llenas de generosidad hacia el género que las discriminó, no han sido apreciadas y valoradas en su justa medida. Su bandera no es un ariete contra los hombres, su bandera es la poesía. Lenguaje de las musas, femeninas claro; es la fuerza, la pasión por proclamar un futuro de comprensión donde no haya lugar a la discriminación de la mujer.
La idea me parece sencillamente genial, luchar contra la violencia de género blandiendo como única arma la poesía. No hay arma ni legislación tan poderosa para llegar al intelecto y corazón de las personas como lo es la poesía. No pretendo que un comebellotas maltratador entienda lo que pretenden expresar estas mujeres, y algún hombre insisto, con sus poemas y mucho menos que sean receptivos a su sensibilidad. Pero sí pretendo que se conozca un poco más este gran esfuerzo de las mujeres por dar una dimensión diferente y original a la lucha contra el maltrato femenino.
Es un regalo para todos nosotros que esta iniciativa haga frente a una de las lacras de nuestra sociedad y lo haga desde la creatividad y firmeza que solo la poesía puede dar. Es todo un complot.