Discriminación injusta hacia las hipotecas
La Justicia española no está saliendo muy bien parada en todo el proceso para defender los derechos de la ciudadanía frente a los abusos de las entidades financieras. Las contradicciones sobre las preferentes generaron mucha inseguridad y en lo ocurrido con las cláusulas suelo se ha hecho evidente algún tipo de error grave cuando tuvo que ser la Justicia europea la que enmendó la plana a las más altas instancias españolas. La decisión de ayer del Tribunal Supremo, que intenta limitar los derechos de quienes recibieron sentencias sobre los abusos en los intereses de sus hipotecas, tiene una base jurídica evidente —al basarse en el principio de que no se puede juzgar lo mismo dos veces— pero incurre en una incoherencia porque no se puede considerar justo que se establezca una solución legal para unas personas y otra muy distinta para otras, en función del momento en el que optaron por recurrir idéntica situación de la que eran víctimas. De nuevo se genera una inseguridad dañida para la propia Justicia.