EDITORIAL | Seguridad necesaria pero aplicada con rigor para evitar cualquier alarmismo

Las concentraciones multitudinarias presentan siempre factores de riesgo para las personas. Nadie debe ser ajeno a esa realidad, pero también hay que ser conscientes de que la vida tiene que transcurrir con normalidad y con total libertad para las personas porque no podemos caer en la trampa que persiguen quienes no creen en nuestro sistema de convivencia en democracia.

En España lamentablemente tenemos una experiencia demasiado dilatada sobre los estragos del terrorismo y quizá eso facilita el que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad estén especialmente preparados para diseñar operativos con los que intentar reducir los riesgos, aunque es cierto que el control total se hace imposible, porque deben limitarse los efectos sobre la actividad de los ciudadanos.

En León existe además otro hecho que complica las cosas, como es la llegada masiva de visitantes, y más concretamente esta noche para la celebración del Genarín. El despliegue policial se hace imprescindible porque el añadido que suponen los posibles abusos del alcohol obliga a garantizar los derechos de todos. Pero la ciudadanía debe dar un voto de confianza a los responsables de la seguridad, porque a través de fórmulas profesionales están obligados a perseguir la ausencia de incidentes pero evitando una sensación de exceso de alarma.