María del Dulce Nombre. 25 primaveras no es nada

C on este título, que es una adaptación, al momento y lugar, del verso de un poema, musicalizado como tango e interpretado por el irrepetible cantante argentino Carlos Gardel, vengo a deciros que, la Cofradía Maria del Dulce Nombre, en la celebración del 25 aniversario de la aprobación de los Estatutos fundacionales, en 1991 y la primera salida procesional, en 1992, debe de tener muy claro, tanto la Junta de Seises, como el resto de las hermanas, que las cofradías, dentro del ámbito religioso, se deben crear y de hecho se instituyen con un manifiesto sentido de perduración en el tiempo, con un deliberado componente atemporal, para pervivir a sus fundadores, encadenando un rosario de generaciones y generaciones que se van sucediendo de forma indefinida.

Las fundadoras y todas las que las habéis seguido después, como también en las demás hermandades, rendís un recuerdo imperecedero a las hermanas que ya no están entre vosotras, que han abandonado este mundo para acompañar a nuestra queridísima Virgen, al lado del Padre. Un signo evidente, tanto cristiano, como de confraternidad, que delata el sentimiento de eternidad, tanto de las personas, como de las instituciones cristianas.

¡Ya son 25 años…. tanto y tan poco! Fue ‘antes de ayer’, cuando un grupo de jóvenes mujeres leonesas se afanaron en redactar, amparadas por la Parroquia de San Martín, un borrador de estatutos y presentarlos en el obispado para su conformidad, con el convencimiento que serían aprobados, igual que habían sido admitidos otros tres propuestos anteriormente, con la novedad de contemplar la «unidad» de sus componentes: todos «hombres» o todas «mujeres» (dos de «hombres» en León capital y uno de «mujeres» en Mansilla de las Mulas).

Sin duda, una ruptura total, en la ciudad de León, con todo el mundo semanasantero anterior, donde solo algunas cofradías mixtas, que ya tenían hermanas entre sus miembros, se habían abierto plenamente a las participación total de las mujeres en la Semana Mayor, por otro lado amparadas en el nuevo Código de Derecho Canónico, aprobado por la Santa Sede en 1983.

Recuerdo con especial cariño, las fechas, en que por mi condición de Secretario de la Junta Mayor, me correspondió atenderos en cuanto a la documentación que teníais que aportar para vuestro ingreso en la misma, cuestiones que cumplisteis con la mayor diligencia y que fructificó con vuestra presentación y aceptación en el Pleno de la Junta Mayor. Realmente emocionante, pues mujeres jóvenes aportaban una nueva visión y un componente ilusionante, a una Junta Mayor en completa renovación.

Y fue ‘ayer’, cuando escenificasteis vuestro primer cortejo procesional propio, aquel Jueves Santo de 1992, con toda la ciudad pendiente de vosotras y de vuestra apuesta por algo totalmente novedoso, aunque bien es cierto que ya habíais salido a la calle, el Lunes Santo, en la procesión del Pregón, desde Santa Nonia.

Aquel jueves, Día del Amor Fraterno, llenásteis todas las calles de León, por donde pasásteis, de abuelas, madres e hijas del pueblo de León, revestidas de negro y verde, enamoradas de la advocación más grande y más bonita del mundo, que se le puede poner a una Virgen, especialmente para los leoneses, Virgen del Camino, Patrona de la Región Leonesa, que viene a ser del histórico Reino de León.

Y el pueblo os recibió con los brazos abiertos y acompaño a su Intercesora sobre vuestros hombros, como lo hace siempre que la Patrona baja desde su santuario a la capital, desde tiempo inmemorial.

Pocos, muy pocos hombres, habíamos sido testigos y colaborado, en los meses previos de aquel gran día, en todos los preparativos y ensayos de puja, en el entorno del Polígono X, con unos andamios prestados por un constructor, buen papón, sobre los que colocábamos sacos de arena, cemento, bloques y bordillos, de forma progresiva, para que fuera pesando cada vez, un poco más.

Y salisteis airosas. Con sobresaliente. Y el pueblo de León se rindió ante el ímpetu de la mujer leonesa. ¡Y tantas cosas, cada año, en estos veinticinco…. Y tantas hermanas….. y tantas vivencias….!

Habéis sabido estar presentes en las conmemoraciones importantes, en torno a la Patrona, especialmente en el V Centenario de la Aparición de la Virgen del Camino, en 2005, celebración que venís realizando anualmente, el domingo más próximo al 2 de julio.

Y la Peregrinación al Santuario, el pasado año, para celebrar este 25.º año.

Y como remate de estas celebraciones del cuarto de siglo, vuestra asistencia, el pasado 2 de abril, al acto de la Plegaria a la Virgen del Camino, en su basílica-santuario.

Diana e Inés, Abadesa y Viceabadesa habéis cumplido vuestro sueño. ¡Y todo esto….. en tan solo 25 años….!, quizás los mismos que alguna joven que fue inscrita en la cofradía, antes de ser bautizada, aquel mismo año. Conocemos alguna.

¡Que sea enhorabuena y a preparar el cincuentenario!