EDITORIAL: Eficacia en las administraciones para que las ayudas al campo sean reales

La preocupación por la sequía se extiende a medida que pasan los días sin que lleguen las ansiadas lluvias. Las autoridades han confirmado que con las actuales reservas está garantizado el suministro para el consumo humano y también los mínimos ecológicos de los ríos, pero los riegos que precisa el campo deberán limitarse porque no hay suficiente agua. El Ministerio de Agricultura ha iniciado el proceso para la declaración de sequía en la Cuenca del Duero. El trámite es imprescindible y también la acción decidida de todas las instituciones porque los precedentes no invitan al optimismo. Hace un año se producía la situación contraria. Las reiteradas precipitaciones generaron problemas muy graves de inundaciones que arrasaron cosechas y dañaron explotaciones. Entonces se anunciaron ayudas fiscales para que los profesionales del campo pudieran capear esa crisis. Pero casi doce meses después aún no se han aprobado esas iniciativas por parte del Ministerio de Hacienda, que debían servir, entre otras cosas, para rebajar los módulos fiscales que se pagan en el campo. Las organizaciones agrarias y ganaderas se cansan de escuchar anuncios que no se convierten en realidades. Las administraciones están obligadas a actuar con diligencia. La agricultura y la ganadería ya son bastante duras mirando permanentemente hacia el cielo como para padecer una burocracia incierta.