EDITORIAL | Reacción tardía frente al problema poblacional
Madrid acogió ayer la constitución del grupo de trabajo creado para diseñar la estrategia nacional que permita hacer frente a los problemas de la despoblación y sus consecuencias. Sin duda se trata de uno de los grandes retos pero la crítica es obvia porque los expertos llevan alertando desde hace años del grave envejecimiento que sufre España y que pone en cuestión el estado de bienestar y las pensiones.
El INE confirmó ayer que la población del país se redujo el año pasado en 17.982 personas. Y que Castilla y León se situó como el peor territorio del conjunto de España, al perder un 0,9% de sus habitantes. El desequilibrio existente entre los distintos territorios lleva a que en las comunidades más alejadas de los ejes de desarrollo la sangría poblacional se agrave porque al problema vegetativo se une una emigración que se hace imparable porque las alternativas económicas no terminan de llegar.
En León el fenómeno el éxodo se mantiene constante desde hace décadas y eso genera un grave desequilibrio, porque en estos momentos el 37% de los nacidos en la provincia viven fuera. En el último año la falta de recambio para el elevado número de defunciones, sumado a los jóvenes que emigran, genera un retroceso de 5.671 empadronados.
Desde la Junta se ha logrado que el Comité de las Regiones de la UE dé prioridad a un plan para combatir las consecuencias del envejecimiento en el continente. Pero las respuestas lamentablemente ya serán muy tardías porque nadie quiso afrontarlo a tiempo, y la agonía en algunas zonas es dramática.