EDITORIAL | Formación Profesional como empleo de calidad
La Formación Profesional en España ha tenido que luchar durante mucho tiempo contra su mala prensa, como una enseñanza de segunda frente a la Universidad. Hoy, gracias a los nuevos planes de estudios, esa visión simplista de lo que es aprender un oficio o especializarse en una actividad ha cambiado radicalmente. También porque la Formación Profesional es un paso intermedio, si uno quiere estudiar, para lograr un título universitario. Sin embargo, quedan todavía algunas asignaturas pendientes.
En FP, el objetivo prioritario es el empleo, la profesionalización, como su mismo nombre indica. Y ese camino, clave para su éxito, no se puede hacer sin la participación del mundo de la empresa, a la que van dirigidos los esfuerzos de los estudiantes.
El anuncio de que el año que viene, gracias a la participación de una compañía como Red Eléctrica de España, se va a implantar en León el título de Gestión de Montaje, Operación y Mantenimiento de Subestaciones Eléctricas, muestra hasta qué punto es necesario ahondar en ese trabajo entre las autoridades educativas y los empresarios. Saber aprovechar las oportunidades de los nuevos yacimientos de empleo y consolidar sectores competitivos.
Muchos títulos de Formación Profesional son ya un trampolín para el mundo laboral. Otros, en cambio, necesitan aún una adaptación a los nuevos tiempos. Ahí está la clave, y el mundo empresarial debe tenerlo claro. Sobre todo, si lo que se quiere es un empleo de calidad, el gran reto de la sociedad española y, por tanto, leonesa.