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GRACILIANO PALOMO Senador del PSOE por León
León

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L os días 29 y 30 de este mes de mayo se reunirán en Vila Real los gobiernos español y portugués para la cumbre ibérica anual establecida. Los asuntos de infraestructuras van a ocupar buena parte de la reunión, en especial la marcha del Corredor Atlántico de la Red Básica Transeuropea de Transporte (RTE-T) con sus dos ramales (desde Sines y desde Aveiro) hasta Irún, y con los otros dos «tramos de la red básica» ferroviaria del noroeste para mercancías: A Coruña-Vigo-León-Palencia y Gijón-León-Palencia.

Durante los últimos tres años, el Ministerio de Fomento y, muy especialmente, el centralismo vallisoletano de la Junta de Castilla y León, han postergado deliberadamente estos dos tramos y la terminal de mercancías de León, incluida en la red básica como nodo ferroviario del noroeste.

Esta clasificación europea es, por otro lado, el principal aval para la inmediata ejecución de la Plataforma Logística Intermodal de Torneros, siempre ninguneada desde el gobierno autonómico.

En la reunión de Vila Real, también se espera que se acuerde eliminar ¡por fin! el principal cuello de botella que afecta al eje de transporte Oporto-Bragança-Sanabria-León-Gijón-Nantes (St. Nazaire), a través de la autopista del mar.

Se trata del enlace transfronterizo desde Bragança hasta Puebla de Sanabria por Rionor. Son 20 kilómetros de cada país con una carretera imposible para camiones.

El día 28 de julio pasado, la Asociación León-Bragança se reunió con el consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez Quiñones, y con el director general de Carreteras de la Junta de Castilla y León, Luis Alberto Solís, que asumieron como factible y urgente la mejora y el desdoblamiento de la actual carretera autonómica Puebla de Sanabria-Rionor, dotándola de un tercer carril en los tramos con mayor pendiente hasta convertirla en una ‘vía rápida’.

Igualmente se consensuó la necesidad de la construcción de una variante internacional en Rionor porque el trazado medieval de los pueblos a ambos lados de la raya no permite la circulación de camiones. Con anterioridad han manifestado su apoyo a esta infraestructura el Gobierno Portugués, la Cámara Municipal de Bragança, las diputaciones provinciales de León y Zamora, el Consejo Económico y Social de Castilla y León, La Red Ibérica de Entidades Transfronterizas (RIET)…

Esa articulación de infraestructuras es esencial para León porque permitirá desarrollar plenamente nuestro potencial como centro logístico del noroeste peninsular. Se trata de la principal palanca que tenemos a la vista para recuperar la senda del crecimiento económico y frenar la emigración de los jóvenes y el declive demográfico.

Cómo es sabido, en el nordeste portugués y en el noroeste español se encuentran algunos de los territorios de más bajo nivel de renta y mayor despoblación de toda la península. Entre otros motivos por haber sido la frontera entre dos países que vivieron de espalda el uno para el otro, especialmente durante las dictaduras de Franco y Oliveira Salazar. Estas zonas sufrieron el conocido como «efecto raya» (causante del subdesarrollo de los enclaves fronterizos) y a sus habitantes únicamente les quedó como destino principal la emigración a zonas privilegiadas por la situación geográfica o por decisión política. Precisamente por ello resulta más intolerable que, tras decenios de democracia y de integración en la Unión Europea, esta zona del noroeste peninsular siga sufriendo las consecuencias de la falta de voluntad política para priorizar su desarrollo.

Por todo eso estaremos muy atentos a los acuerdos de la ‘cumbre de Vila Real’. Para saber qué se acuerda, qué se olvida y cómo nos afecta.